(Crux/InfoCatólica) El Departamento de Salud y Servicios Humanos «se dio cuenta de que estaría jugando con fuego en los tribunales si mantenía su absurda demanda, por lo que eligió sabiamente», dijo en un comunicado Lori Windham, vicepresidenta y consejera principal del Fondo Becket para la Libertad Religiosa.
«Nos alegramos de que Saint Francis pueda seguir sirviendo a los más necesitados manteniendo la fe», declaró.
Tras una inspección del hospital en febrero, un inspector encargado por el gobierno federal consideró que una llama viva en la capilla sur del Hospital Saint Francis -que forma parte del Saint Francis Health Systems- infringía el código, ya que se trata de «una llama abierta encendida sin vigilancia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.»
El inspector emitió una citación exigiendo que se apagara la vela. El gobierno federal se reafirmó en su decisión en una carta del 20 de abril en respuesta a la apelación y solicitud de reconsideración del hospital, señalando que éste perdería su acreditación si no acataba la orden.
Saint Francis Health Systems y Becket, por su parte, argumentaron que Saint Francis no puede apagar la llama por una cuestión de fe, ya que la llama viva de la capilla es «un signo de la presencia viva de Jesús». Como tal, afirman que la orden es una violación de la Primera Enmienda, y en una carta de respuesta al gobierno federal del 28 de abril, amenazaron con emprender acciones legales si no se rescindía la orden.
Un portavoz de los Centros de Medicare y Medicaid, la agencia federal dependiente del Departamento de Salud y Servicios Humanos que encargó la inspección, dijo a Crux en un comunicado que las dos partes se reunieron, y el hospital trabajará ahora con la organización de acreditación en los próximos pasos para garantizar la seguridad.
«Hubo una reunión con el hospital y la organización de acreditación, y emitieron una exención para permitir que el hospital mitigue el riesgo potencial de incendio y corrija el sistema de seguridad», dijo el portavoz. «El hospital trabajará con la organización de acreditación en los próximos pasos».
Fundado en 1960, Saint Francis Health Systems gestiona cinco hospitales en el este de Oklahoma, que atienden a más de 400.000 pacientes cada año. En concreto, el Saint Francis Hospital South es el mayor hospital del estado de Oklahoma y el duodécimo del país.
Según la carta de Windham del 28 de abril, desde que el hospital abrió sus puertas ha tenido tradicionalmente una vela en el santuario con una llama viva como acto de culto. Las fotos de la vela en cuestión muestran una única vela encapsulada montada en la pared de la capilla sur del hospital Saint Francis. El cirio está colocado en un soporte de bronce, fijado a la pared de la capilla y cubierto por una tapa de bronce.
En el techo, encima de la vela, se ve un sistema de aspersores. Windham también señaló que la llama está alejada de los equipos médicos y de los pacientes, y que el gobierno y el jefe de bomberos local han aprobado repetidamente la vela a lo largo de los años.
Si no se llegaba a un acuerdo y el Saint Francis Hospital South perdía su acreditación, Windham dijo que habría provocado «pérdidas financieras tan irrazonables para el Saint Francis Health System que pondría en peligro de forma abrupta e inmediata sus servicios a los pacientes ancianos, discapacitados y de bajos ingresos que dependen de Medicare, Medicaid y el Programa de Seguro Médico Infantil (CHIP)».
El Dr. Cliff Robertson, director general de Saint Francis, dijo que está agradecido de que eso no haya sucedido.
«En el corazón de la misión de Saint Francis está el amor a Dios y al hombre. La llama viva de la vela de nuestra capilla indica a todos los que entran en nuestros hospitales que les serviremos con devoción religiosa como Cristo nos manda», dijo Robertson en un comunicado.
«Agradecemos el apoyo de Becket y Yetter Coleman, de la Delegación de Oklahoma y de innumerables personas de todo el país, y agradecemos a The Joint Commission y al HHS el reconocimiento de nuestras libertades religiosas», añadió.