(Asia News/InfoCatólica) Según un informe de trip.com Group, el mayor proveedor online de servicios de viajes de China, los pedidos de entradas a los templos aumentaron un 310% y la mitad de los visitantes nacieron después de 1990. Al mismo tiempo, las últimas estadísticas publicadas por el gobierno chino en abril mostraban que el desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años alcanzaba el 19,6%.
Durante los últimos fines de semana, el fenómeno se observó, por ejemplo, en el templo Yonghe Lama de Pekín. Cuando se les preguntó por sus motivos, los jóvenes declararon que buscaban la paz interior ante la presión de la sociedad y el mercado laboral. Esto fue estigmatizado por los medios de comunicación oficiales: en el Beijing Daily, un portavoz del Partido Comunista comentó que quienes depositan sus esperanzas en dioses y en Buda «van por mal camino».
Para 2023, se prevé que una cifra récord de 11,58 millones de licenciados universitarios se incorporen al mercado laboral chino. El fin de la política de cero Covid propició la recuperación de la economía, pero la ocupación sigue siendo débil. Las empresas privadas proporcionan más del 80% de los puestos de trabajo en China, sin embargo, las autoridades han tomado medidas enérgicas contra algunos sectores, como la tecnología de Internet y las actividades extracurriculares, disminuyendo los empleos disponibles.
El gobierno chino está animando a las empresas estatales a ampliar el número de contrataciones. Las autoridades afirman que abrirán al menos un millón de pasantías para los recién graduados.
Los analistas advierten de que el desempleo masivo podría causar malestar social, ya que los jóvenes se están dando cuenta de que un diploma no les garantiza bienestar ni posición social. En noviembre del año pasado, estallaron protestas en algunas de las grandes ciudades del país y los jóvenes manifestantes gritaron eslóganes políticos sin reparar en los riesgos, lo que obligó a las autoridades a abandonar la política de cero Covid.
Ante la escasa movilidad social y la incertidumbre, los jóvenes graduados -que tienen que hacer frente a la cibercensura- optan por reírse de ellos mismos para expresar su dificultad para encontrar trabajo después de años de formación. Los medios de comunicación oficiales responden acusándolos de ser demasiado exigentes y los exhortan a aceptar trabajos manuales. Cuentan historias de jóvenes licenciados que dejaron de lado los conocimientos que adquirieron en la universidad y se enriquecieron convirtiéndose en vendedores ambulantes o trabajadores agrícolas. Frases propagandísticas sobre las que un lector comentó irónicamente: «La Agencia Tributaria debería recaudar impuestos en función de los ingresos que se cuentan en estos artículos».
En la misma provincia meridional de Guangdong, que se considera la frontera de la reforma económica y una de las regiones más dinámicas, hace poco las autoridades locales exhortaron a 300.000 jóvenes y empresarios a buscar trabajo en el campo. Una sugerencia que recuerda a las medidas de la época de Mao.