(Katolisch/InfoCatólica) «Mis valores cristianos no pueden ser la vara de medir de mi actuación en los tribunales», afirmó Limperg, que fue presidenta protestante del III Congreso Ecuménico de la Iglesia 2021 en Fráncfort.
Algunos casos le llega al corazón, explicó la magistrada. Por ejemplo, cuando una persona que fue víctima de violencia y abusos de niño se convierte más tarde él mismo en agresor. «Si ha aprendido pautas y las ha interiorizado tan profundamente que no encuentra la manera de salir de ellas. Entonces ella misma se queda a veces desamparada, porque todo parece tan desesperado y fatídico».
La ¿fe? no consuela en esos momentos
Su fe (sic) no la consuela en esos momentos, explicó la juez. «Personalmente, tampoco creo que todo se arreglará en algún momento o que habrá una justicia superior en la que todo se resolverá». Algunas situaciones son y siguen siendo calamitosas, dijo. «Hay desesperación y desolación que no pueden disiparse rezando». La fe y la oración, sin embargo, la ayudan a soportar la situación.
Limperg también se mostró en contra de la idea de que algo tendrá un buen final en el cielo como muy tarde. «No esperaría tal perspectiva de una criatura torturada. Parecía una excusa para aliviar las cosas malas del mundo». En cambio, dijo, es mandato de los seres humanos proporcionar tanta justicia en la tierra como sea posible: «No podemos dejar eso en manos de Dios». Describió la justicia como un proceso, no como un aterrizaje puntual.