(Persecution/InfoCatólica) En diez días, la provincia de Kivu Norte ha sido testigo de la muerte de más de 80 personas y del secuestro de cientos por parte del grupo extremista ADF, que reivindica su alianza con el Estado Islámico. Durante décadas, el ADF ha matado, mutilado, secuestrado y desplazado a millones de personas en Kivu Norte a pesar de la presencia de fuerzas de paz y tropas locales y regionales en la conflictiva región.
En una declaración, el vicario de la parroquia de Babwisi, donde han sido asesinados decenas de cristianos, afirmó:
«Abril ha resultado ser un mes de derramamiento de sangre, irónico respecto a la expectativa de tener paz tras celebrar la muerte y la resurrección de Cristo Jesús. Del 7 al 18, los asesinatos de cristianos fueron numerosos en las siguientes entidades: Mavete, Musandaba, Katere y Mamungelesi, todas ellas en Oicha Occidental.
El vicario prosiguió desglosando las cifras:
«El viernes 7 y el sábado 8 de abril de 2023, 26 personas fueron asesinadas por los rebeldes del ADF en las aldeas de Mavete y Musandaba, en el territorio de Beni. Entre ellos había miembros de la parroquia de Babwisi que es la diócesis de Beni, donde ocho hombres fueron asesinados dejando viudas y niños.
El martes 18 de abril de 2023, 45 personas fueron asesinadas por estos mismos rebeldes ADF esta vez en Katere y Mamungelesi en una noche de horror insondable, donde hombres, mujeres y niños fueron masacrados como pollos. Durante su ataque, perdimos a uno de nuestros evangelistas junto con su esposa. Se llama Emmanuel Kambale. La parroquia está devastada. Además, más de 30 personas fueron secuestradas y se desconoce su paradero».
Y añadió:
«Dos días después del ataque de Katere y Mamungelesi, se descubrieron nueve cadáveres a varios kilómetros de Katere, y se estableció que eran víctimas de los secuestros del martes por parte de las ADF. Esto elevó a 54 el total de cristianos asesinados en Katere y Mamungelesi».
Ochenta personas fueron asesinadas y varias secuestradas en estos diez días de abril, y se cree que otras fueron arrojadas al río Samboko y siguen desaparecidas, según un superviviente del ataque de Katere.
Estos ataques de abril han obligado a miles de personas a huir de sus aldeas e inundar como refugiados las ciudades más seguras y cercanas de Oicha, Mbau y Beni. El párroco pidió a las personas de buena voluntad que acudieran a ayudar a las numerosas viudas y huérfanos que viven como refugiados en Oicha.