(Agencias/InfoCatólica) La ceremonia de exhumación se llevó a cabo en la más estricta intimidad, sin medios de comunicación y sin la presencia de miembros del Gobierno,
Los trabajos de exhumación para extraer la gran lápida de granito de 3.500 kilos que cubría la tumba de Primo de Rivera comenzaron a las 5:30 de la mañana, hora local. Poco a poco, a lo largo de la mañana, fueron llegando al Valle de los Caídos familiares del fundador de Falange, los únicos asistentes a la ceremonia, en la que el prior de la abadía, el P. Santiago Cantera, rezó un responso.
La salida del coche fúnebre tuvo lugar poco antes de las 13.00 horas y fue acompañada por exclamaciones de «¡Viva España!» y de «¡José Antonio, presente!», proferidos por quienes hoy honran su memoria.
Ya en el cementerio de San Isidro, hubo momentos de tensión en los que la Policía Nacional cargó contra un centenar de falangistas allí congregados, muchos de ellos ataviados con camisas azules, que entonaron el Cara al sol e intentaron acceder al camposanto cuando llegó la comitiva fúnebre con los restos de Primo de Rivera. La cosa no pasó a mayores.