(Kath.net/InfoCatólica) Meuser empieza la entrevista asegurando que «hemos llegado a una nueva etapa, podría decirse que histórico-eclesiástica. La Iglesia está siendo atacada desde fuera y (lo que es aún peor) desde dentro como no lo había sido desde la Reforma». Y advierte:
«Si cada uno no aporta lo que puede, dejaremos a nuestros hijos un caos doctrinal, ético y pastoral que ya no atraerá a los jóvenes».
Para el periodista «la crisis de abusos en la Iglesia en Alemania es, en última instancia, una expresión de una crisis de fe más profunda. A Robert Spaemann le gustaba decir: «Ya no creen en lo que creen». Y el hecho de que ya no luchemos por la belleza y la verdad de la fe a gran escala tiene que ver con el hecho de que «nosotros ya no sabemos qué es eso».
El protestantismo no es el modelo a seguir
A diferencia de lo que muchos creen, el ejemplo a seguir para la formación de los jóvenes católicos y para el proceder de la Iglesia, no está en el protestantismo luterano: «en muchos lugares, las iglesias regionales protestantes han jugado a la transformación de una iglesia en una ONG humanista. Nosotros no tenemos por qué hacer eso», dice, porque se nos ha mostrado que «esa es la estrategia para vaciar las iglesias».
Y pone como ejemplo la obsesión ecologista:
«Por supuesto, la protección del clima es una cuestión increíblemente importante en la que los cristianos deberían hacer todo lo posible. Pero ese no es nuestro único argumento. En eso sólo somos diletantes. ¿De qué le sirve a una persona ganar el mundo entero (y tal vez incluso salvar el clima), si pierda su alma por ello?»
Meuser advierte que la crítica de la situación no es el fin de la labor que hay que emprender, pues es necesario dejarse llevar por la alegría pascual:
«...la crítica no puede ser el fin; y el rincón de los enfurruñados no es nuestro rincón. Con alegría pascual trabajaremos con todas nuestras fuerzas por una amplia alianza para la catequesis y la nueva evangelización, reuniremos a la gente para que nos acompañe y estamos llenos de confianza. El consejo de Gamaliel se demostrará a toda la Iglesia: «... si esta obra es de los hombres, será destruida; pero si es de Dios, no podréis destruirla». (Hechos 5:39)»
Por último, señala la oración como clave para el proyecto:
«La oración en un proyecto no es una cuestión secundaria, sino el principio de todas las cosas. Todo lo bueno que ocurre en la Iglesia es fruto de la oración: es algo que se da, y a menudo es un don bastante inesperado que transforma una debilidad en una fortaleza».