(ACN/Asia News/InfoCatólica) Su desaparición se ha producido mientras circulan noticias sobre la liberación de otros 10 sacerdotes clandestinos de esta misma diócesis, que fueron detenidos en los primeros meses del año pasado. La Iglesia católica oficial, que sigue las directrices de la Asociación Patriótica Católica China, ha celebrado en estas últimas semanas la consagración y dedicación de nuevos templos.
Según fuentes locales, el padre Xie habría sido detenido porque decidió unirse a la Iglesia oficial. En tales situaciones, las autoridades se llevan al clérigo, lo encierran en un lugar secreto y lo someten a sesiones de «lavado de cerebro» para su «reeducación» política. El sacerdote corre el riesgo de permanecer detenido durante mucho tiempo, hasta que dé «pruebas certeras» de un cambio de mentalidad.
La forma de detención que sufren los clérigos se denomina ‘guanzhi‘: no se trata de una prisión real, sino de una restricción de movimientos y actividades. Los religiosos deben someterse a sesiones políticas y coacciones para adherirse a la Iglesia oficial: un acto que implica adhesión y servilismo al Partido Comunista de China.
A partir de 2018, tras la firma del acuerdo entre China y el Vaticano sobre el nombramiento de obispos -luego renovado en octubre de 2020 y 2022- el Frente Unido del PCC lanzó una campaña para obligar a todos los sacerdotes a profesar su adhesión al Partido y unirse a la Iglesia oficial. Los que se niegan suelen ser expulsados de sus parroquias y acaban detenidos.
Según las fuentes contactadas, al menos la mitad de los sacerdotes de Baoding se han unido a la Iglesia oficial tras un periodo de guanzhi. El mismo trato sufrieron los 10 clérigos que desaparecieron en manos de la policía en el primer cuatrimestre de 2022. Las autoridades los liberaron en diferentes momentos a lo largo del año pasado, no sin antes obligarlos a asistir a sesiones de adoctrinamiento. Desde entonces, algunos se han incorporado a los organismos oficiales; los que no adhirieron permanecen en observación, y ya no pueden ejercer su ministerio.
Un sacerdote clandestino liberado a principios de 2023, tras permanecer casi un año detenido, explicó que no quería cambiar de postura. Hoy se encuentra confinado en su domicilio bajo el control de las autoridades y ha sido obligado a renunciar a su servicio pastoral.
La comunidad católica clandestina de Baoding es una de las más antiguas y numerosas de la Iglesia china. Su obispo, monseñor James Su Zhimin, lleva más de 25 años en manos de la policía, tras haber pasado más de 40 años de trabajos forzados bajo el régimen de Mao Zedong. Los católicos locales se separaron después de que el entonces obispo auxiliar de Baoding Mons. Francis An Shuxin, decidiera pasarse a la Iglesia bajo la dirección del PCC. Mons. Francis An Shuxines es oficialmente el actual obispo de Baoding.