(TFW/InfoCatólica) En mayo de 2018, The Family Watch, junto con un equipo de investigación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, publicó un informe sobre menores y contenidos sexuales en Internet. En dicho informe se recogía que para el 63% de los encuestados, «la presencia de contenidos sexuales en Internet podría favorecer conductas como las agresiones sexuales en «manada»». También se afirmaba, que casi el 9% de los jóvenes encuestados reconocían acudir a Internet, cuando tenía dudas sobre temas relacionados con el sexo.
Recientemente la Fiscalía de Menores se ha referido al aumento de las violaciones en grupo por parte de menores, destacando que detrás de estos comportamientos esta la falta de educación en la materia, la información que se da en redes sociales y el fácil acceso a la pornografía.
Psiquiatras, psicólogos, y pediatras que tratan a diario con niños que o han sufrido o han cometido infracciones de carácter sexual; observan y alertan de algunas realidades que se deben tener en cuenta: la banalización de las relaciones sexuales, el acceso a internet especialmente a contenidos violentos, sin ningún tipo de control o de filtro y la soledad en la que muchos niños españoles crecen ( «los llamados niños de la llave») mientras sus padres cumplen con interminables jornadas laborales que no les permiten dedicarles el tiempo suficiente. Los últimos en unirse a ello, han sido los recientes informes de las Fiscalías de Comunidades Autónomas.
Desde The Family Watch vienen advirtiendo desde hace años sobre la necesidad de regular, no sólo el uso de las redes sociales por parte de los menores, sino el que, al contratar una línea de internet en los hogares, esta venga por defecto sin acceso libre a contenidos para «adultos», de tal manera que, en la medida de lo posible, se pongan filtros a contenidos inadecuados cuando hay menores en el hogar. De este modo se conseguiría protegerles y crearles unos entornos digitales seguros.
María José Olesti, directora general de The Family Watch, explica lo que está sucediendo:
«En los adolescentes los efectos de la pornografía se relacionan con comportamientos agresivos: ven a las personas como objetos, aumentando las conductas machistas, repercutiendo en la calidad de las relaciones interpersonales, fomentando la desigualdad y la creación de estereotipos de género. A esto hay que añadir, que la hipersexualización de las niñas de hoy y, por tanto, de las mujeres de mañana, las «cosifica» convirtiéndolas en un objeto sexual e impulsándolas a adoptar roles sexualmente estereotipados, que conducen a desórdenes psicológicos».
La Fundación The Family Watch es un Instituto de Estudios para la Familia, un think-tank, que, a partir del análisis de la realidad social de la familia, y desde una perspectiva interdisciplinar, se dedica a la elaboración de estudios, propuestas e iniciativas, para que la familia sea mejor conocida, y reciba el tratamiento y la atención adecuados a las funciones que desarrolla en la sociedad.