(Fides/InfoCatólica) La nueva normativa, aprobada en la madrugada del lunes 27 de marzo, prevé la vuelta a un sistema electoral esencialmente proporcional que parece favorecer a las grandes formaciones y coaliciones políticas, en detrimento de las candidaturas independientes y las siglas políticas menores.
La nueva ley prevé asimismo la subdivisión del territorio en circunscripciones electorales muy extensas.
La votación del lunes estuvo acompañada en la cámara por fuertes protestas de los candidatos independientes elegidos en las elecciones legislativas de 2021, convocadas con antelación tras las protestas populares antisistema que estallaron en 2018 y 2019. Algunos de los candidatos que han protestado fueron expulsados por la fuerza de la cámara.
Las enmiendas han sido aprobadas por 206 diputados (los escaños suman 219) y han contado con el apoyo de los partidos chiíes de la coalición -considerada proiraní- que actualmente tiene mayoría en la Asamblea Parlamentaria. El sábado, cientos de opositores protestaron contra las nuevas enmiendas, bloqueando carreteras en Bagdad y otras ciudades iraquíes.
La polémica en la cámara se ha referido también al reparto de los cinco escaños reservados por el sistema electoral iraquí a los candidatos cristianos. Los desacuerdos sobre este punto concreto - informa el sitio de noticias ankawa.com - han llegado incluso a un enfrentamiento físico entre exponentes del llamado «Movimiento de Babilonia» y diputados kurdos.
Según las enmiendas recién introducidas, los cinco escaños reservados al componente cristiano serán asignados en dos mega circunscripciones electorales separadas. Los dos «escaños cristianos» de Erbil y Dohuk se asignarán dentro de la circunscripción correspondiente a la región del Kurdistán iraquí, mientras que los tres escaños repartidos entre Bagdad, Kirkuk y Nínive se asignarán dentro de la mega circunscripción electoral que incluye también las dos ciudades y la zona de Mosul y la Llanura de Nínive.
Según las normas que rigen el nuevo reparto de escaños para el componente cristiano, los electores sólo podrán votar a los candidatos cristianos que se presenten a los escaños dentro de su circunscripción.
Tras las elecciones legislativas del 10 de octubre de 2021, habían surgido controversias y tensiones precisamente en torno a la distribución y asignación de los escaños reservados a los candidatos cristianos. En aquel momento, las objeciones más explícitas a los resultados de las elecciones procedían del ex diputado cristiano Joseph Sliwa, que llegó a declarar que los cinco nuevos diputados que obtuvieron los escaños de esta cuota no representaban a los cristianos iraquíes, ya que, según él, el 90% de los votos emitidos a su favor no procedían en realidad de votantes cristianos.
La acusación, que también surgió durante las elecciones parlamentarias iraquíes de 2018, se refiere a las principales formaciones políticas de tendencia chií y kurda, que, según los críticos, en las últimas rondas electorales han desviado parte de sus votos a candidatos que se presentaban a escaños cristianos, con el fin de colocar en esos escaños a diputados plenamente alineados con sus estrategias políticas. En 2021, las acusaciones de Sliwa habían sido contestadas por Evan Faeq Yakoub Jabro, ex ministro de Refugiados y Migración del gobierno saliente dirigido por Mustafa al Kadhimi, elegido con casi 11.000 preferencias para el nuevo Parlamento en las filas del «Movimiento de Babilonia», que había defendido la transparencia del proceso electoral.
En las elecciones del 2021, el «Movimiento Babilonia» ganó cuatro de los cinco escaños reservados a candidatos cristianos por el sistema electoral nacional.
El Movimiento Babilonia surgió como proyección política de las llamadas «Brigadas Babilonia», una milicia armada formada en el contexto de las operaciones militares contra los yihadistas del Estado Islámico (Daesh) que condujeron a la reconquista de las zonas del norte de Irak que habían caído en manos de los yihadistas en 2014. Dirigidas por Ryan al Kildani (Ryan «el Caldeo»), las «Brigadas Babilonia» siempre han afirmado ser una milicia compuesta por cristianos, aunque su conexión con milicias chiíes proiraníes como las Unidades de Protección Popular (Hashd al Shaabi) ha quedado bien documentada. Las siglas políticas del «Movimiento Babilonia» también se consideran próximas a la «Organización Badr», movimiento político que en las elecciones se había fusionado con la Alianza Fatah, un cártel que agrupa a nueve siglas y organizaciones chiíes pro-iraníes.