(Die Tagespot/InfoCatólica) Las primeras vistas del caso tendrán lugar el miércoles en el Tribunal del Distrito Norte de Texas. En caso de que el tribunal de distrito estimara la demanda, tendría consecuencias de gran alcance: Entonces, la píldora abortiva más utilizada en EE UU podría prohibirse también en los estados donde hasta ahora se permite abortar legalmente.
Fuentes conocedoras del caso dan por hecho que la sentencia será favorable a los demandantes. Esto se debe a que Matthew Kacsmaryk, el juez que resolverá el asunto, fue nombrado por el entonces presidente Donald Trump en 2017 y es considerado un cristiano devoto y firme opositor al aborto.
En su audiencia de confirmación ante el Senado de EEUU, subrayó que como juez fallaría con independencia de sus opiniones personales. No obstante, la trayectoria profesional de Kacsmaryk hace pensar que se unirá al bando de los demandantes: Antes de su nombramiento para el tribunal de distrito, por ejemplo, trabajó como asesor para la asociación de abogados cristianos «First Liberty Institute», con sede en Texas, que defiende posturas críticas con el género. En caso de que la píldora abortiva se prohíba realmente, volvería a quedar claro en retrospectiva -similar al caso de la anulada sentencia histórica «Roe contra Wade»- qué influencia pueden tener los jueces nombrados por Trump en la legislación estadounidense sobre el aborto.
La mifepristona es una de las dos sustancias químicas que deben tomarse para realizar un aborto. Un segundo fármaco, el misoprostol, debe tomarse 24 horas después. Según el Instituto Guttmacher, cercano al lobby abortista, el 53% de todos los abortos en Estados Unidos se realizan de esta forma. Antes de la pandemia de Corona, la píldora aún debía tomarse en presencia de un médico; desde 2021, también puede hacerse en casa tras una consulta por telemedicina.