(Vatican.news/InfoCatólica) «Queridos catequistas, al poner en práctica su carisma dan testimonio de su fe compartiendo la belleza y la bondad de la vida nueva en Cristo. Entonces, en estas dos dimensiones, vertical y horizontal, identidad y misión, se realiza su ministerio de una manera plena y dinámica alabando a Dios y sirviendo a los hermanos», con estas palabras el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, alienta en su videomensaje a los participantes en el XX Encuentro Nacional de Catequesis Indígena y Campesina (CATINCAM), que se desarrolla en la Prelatura de Mixes, Oaxaca, México, del 6 al 9 de marzo de 2023.
Hermanos que comparten un mismo carisma
En su mensaje a los Responsables de Catequesis Indígena y Campesina – reunidos en la Sierra Mixteca, para reflexionar sobre la identidad del catequista a la luz del documento del Papa Francisco Antiquum Ministerium – el Secretario de Estado les recordó los momentos que compartió con ellos cuando vinieron a Roma y los «hermosos años que vivió en México», del mismo modo, manifestó su alegría de comunicarse nuevamente con ellos.
«Estoy contento de que puedan tener este encuentro como hermanos que comparten un mismo carisma en la comunidad, es una oportunidad para estrechar lazos que les permitan compartir experiencias, hacer oración para escuchar al Señor y reflexionar sobre temas tan importantes como los retos que enfrenta la catequesis, la identidad del catequista en los pueblos indígenas y campesinos».
«El catequista ayer, hoy, y siempre»
Y comentando el lema que han elegido para este XX Encuentro Nacional de Catequesis Indígena y Campesina, «El catequista ayer, hoy, y siempre», el cardenal Parolin señaló que, este lema hace eco del nombre del Motu Proprio del Papa Francisco Antiquum Ministerium, del 10 de mayo de 2021, que nos habla de la continua presencia de este servicio en la Iglesia.
«Los ministerios en la Iglesia son suscitados por el Espíritu Santo para dar a Dios el culto sagrado y para el servicio de su pueblo. Justamente, en estos dos ejes, uno vertical y otro horizontal, se mueve todo servicio en la Iglesia».
El catequista colabora en la misión evangelizadora de la Iglesia
Asimismo, el purpurado indicó que, cuando el catequista toma conciencia de que su identidad está fundada profundamente en la relación con Dios en el seno de la Iglesia; entonces, se le revela una verdad más profunda de su ser y quehacer, se da cuenta de que su ministerio no es accesorio, ni un simple encargo, sino que al ejercerlo alaba el Señor y también ofrece un servicio a sus hermanos colaborando en la misión evangelizadora de toda la Iglesia.
«Por un lado, podemos decir que el catequista da culto a Dios porque hace de sí mismo una ofrenda. Al respecto san Pablo nos iluminan en su Carta a los Romanos cuando dice: yo los exhorto a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios. Este es el culto espiritual que deben ofrecer. El culto por excelencia que el Señor recibe es nuestra vida bien vivida como una ofrenda agradable y este ofrecimiento está íntimamente relacionado con nuestra vocación, con nuestra misión, por eso el apóstol inmediatamente después de esta exhortación comienza hablar de los carismas y anima a la comunidad a ponerse al servicio de los demás con el don que cada uno ha recibido».
Alabar a Dios y servir a los hermanos
En este sentido, el cardenal Parolin les dijo que, al poner en práctica su carisma dan testimonio de su fe compartiendo la belleza y la bondad de la vida nueva en Cristo. Entonces, en estas dos dimensiones, vertical y horizontal, identidad y misión, se realiza su ministerio de una manera plena y dinámica alabando a Dios y sirviendo a los hermanos.
«Quisiera también animarlos cuidar el carisma que han recibido, para ello sigan fomentando la formación continua y, sobre todo, aprovechen los medios espirituales que tiene a su alcance como la oración, la meditación de la Palabra de Dios y la recepción frecuente de los sacramentos, particularmente de la confesión y la Eucaristía. Pues, los retos y dificultades que se les presentan solo pueden encontrar solución segura si están bien unidos a Cristo. Trabajen también siempre en comunión con los Obispos que son los primeros catequistas en las diócesis y de consecuencia también con los presbíteros y demás miembros del pueblo de Dios».
María de Guadalupe una gran catequista
Finalmente, el Secretario de Estado concluyó su mensaje encomendándolos a la intercesión y protección maternal de Nuestra Señora de Guadalupe. «Ella – indicó el cardenal Parolin – es la evangelizadora de México y de toda América porque supo inculturar el mensaje de la Buena Nueva en la realidad concreta. Mírenla a ella y déjense iluminar y acompañar por tan grande catequista, María, la Madre del verdadero Dios por quién se vive». Esperando que este Encuentro de buenos frutos y frutos abundantes, el Purpurado se despidió encomendándolos en su oración.