(ACN/InfoCatólica) En la Catedral de la Almudena el arzobispo de Madrid agradció a ACN «que dentro de la Iglesia, ellos sean capaces de hacernos sentir la necesidad de acercarnos a hermanos nuestros que, en muchos lugares de la tierra, sufren, están discriminados o les ponen dificultades para proclamar a Jesucristo».
Fredy Hanna, laico sirio de la ciudad de Alepo compartió precisamente su vivencia sobre la persecución que vivieron él y su familia en Siria. «Cuando los yihadistas llegaron a nuestra tierra de cultivo, y sabiendo que éramos católicos, nos pidieron el pago de un impuesto al que se le denomina Yizia. O pagábamos una mensualidad o hacían daño a la familia. Mis padres tuvieron que decidir y huimos para seguir vivos. Nosotros fuimos expulsados de nuestra tierra por nuestra fe». El cristiano de Siria también recordaba a muchos hombres que fueron crucificados por los terroristas solo por ser cristianos. «Eran hombres normales y corrientes y murieron por seguir a Jesús. Son mártires».
Otro de los testimonios del encuentro de oración fue el del padre Wenceslao Belem, sacerdote de Burkina Faso. El padre Belem se refirió a la situación del país donde los terroristas de grupos afines al estado islámico y a Al Qaeda, han empezado a reclamar una sola religión, el islam. «Desde los primeros ataques en 2015, los cristianos ya no pueden ejercer libremente su derecho a la libertad religiosa».
En ese contexto de violencia yihadista fue asesinado el padre Jacques Yaro Zerbo, amigo y profesor de liturgia del sacerdote Wenceslao: «Los terroristas lo mataron cerca de una iglesia. El P. Jacques dio su vida por mantenerse fiel en el seguimiento de Cristo». El padre Wenceslao Belem reconoció que el asesinato del presbítero Jacques Yaro supuso para la comunidad una gran tristeza pero, al mismo tiempo, «es esperanza de que la sangre de los testigos es semilla de conversión para los malvados».
Durante la vigilia, D. Carlos Osoro llamó la atención sobre las facilidades que tenemos algunos cristianos para vivir la fe, a diferencia de otros que no pueden hacerlo en libertad. «No nos durmamos. A veces la facilidad nos ayuda a dormirnos como discípulos de Cristo y a no descubrir la grandeza que tiene el ser discípulo del Señor y miembro de la Iglesia. Otros, en las dificultades que tienen, despiertan la grandeza del Amor del Señor y en medio de estas dan testimonio de Jesús. A esos queridos hermanos nosotros queremos ayudarles a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada».
El arzobispo de Madrid finalizó su homilía haciendo una petición especial «por aquellas iglesias particulares que sufren persecución, que tienen dificultades en la libertad para anunciar al Señor. Ellos y nosotros somos una misma iglesia, la Iglesia que camina por este mundo y que todos sentimos los sufrimientos y las dificultades de unos y otros en cualquier parte de la tierra y todos nos disponemos a ayudar a lo que es fundamental para la iglesia ha nacido para esto, anunciar a Jesucristo nuestro Señor»
Además del padre Wenceslao y de Fredy, en el encuentro se leyeron los testimonios de los cristianos que han muerto por su fe en el último año en todo el mundo. Rezamos también por el sacristán Diego Valencia, asesinado en un atentado yihadista en Algeciras este mes enero. Y en el aniversario del comienzo de la guerra en Ucrania, tuvo lugar una oración especial por la paz en este país.
La Noche de los Testigos se celebra cada año en España y ha contado con testimonios de países como Malí, Pakistán, Irak, China, República Centroafricana, India, Nigeria entre otros. Testimonios que Javier Menéndez Ros, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada califica como «llenos de entereza, de valentía, de fidelidad a la fe en Cristo Jesús y también son testimonios de perdón, sin el cual no se entendería la cruz».