(Agencias/InfoCatólica) «Condenamos esta acción del Gobierno de Nicaragua e instamos a la liberación inmediata del obispo Álvarez», ha señalado el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, antes de reiterar el llamamiento de la Administración Biden a «la liberación de las personas encarceladas en Nicaragua por ejercer sus libertades fundamentales».
Price ha indicado que las autoridades estadounidenses continúan «pidiendo al Gobierno nicaragüense que libere a quienes están retenidos por no hacer otra cosa que ejercer el derecho que es tan universal para ellos como para las personas de todo el mundo».
«Cuando hablamos a finales de la semana pasada sobre la llegada de 222 ex presos políticos de Nicaragua a Estados Unidos, dejamos muy claro que era un paso bienvenido, que era un paso constructivo, pero que de ninguna manera era una panacea para las muchas preocupaciones que tenemos con el régimen nicaragüense, incluida la represión y la opresión que sigue ejerciendo contra su propio pueblo», ha explicado el portavoz del Departamento de Estado.
«Con los 222 presos políticos que fueron liberados la semana pasada y a los que se permitió viajar a Estados Unidos, aún quedan muchos más presos políticos que permanecen en prisión», ha lamentado Price.
El Papa dijo estar preocupado por el obispo
Por su parte, todo lo que, por el momento, ha hecho de forma pública el jefe de estado del Vaticano y Obispo de Roma, Francisco, en relación al encarcelamiento del obispo, fue recordarle en su último ángelus dominical, con estas palabras:
«No puedo dejar de recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien tanto quiero, condenado a 26 años de prisión, y también a las personas que fueron deportadas a Estados Unidos. Rezo por ellos y por todos los que sufren en ese querido país. Y les pido sus oraciones»
Y añadió:
«Pidamos también al Señor, por intercesión de la Inmaculada Virgen María, que abra el corazón de los dirigentes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor y se logra mediante el ejercicio paciente del diálogo. Oremos juntos a Nuestra Señora».