(LSN/InfoCatólica) En una carta enviada el viernes al director del FBI, Christopher Wray, y al fiscal general del país norteamericano, Merrick Garland, el fiscal general de Virginia, Jason Miyares, tachó de «anticatólico» y «antiestadounidense» un memorando dirigido a los llamados «católicos tradicionalistas radicales», y exigió que el FBI «presente públicamente todos los materiales» relacionados con el documento. Un total de 20 fiscales generales de sus respectivos estados han añadido su firma a la carta.
El memorando de ocho páginas de la oficina del FBI en Richmond, Virginia, afirma que «el interés cada vez mayor de los extremistas violentos por motivos raciales o étnicos (RMVE) en la ideología católica tradicionalista radical (RTC) presenta casi con toda seguridad nuevas oportunidades para un plan de mitigación de amenazas» a través del «desarrollo de trampas».
El documento afirma que los RMVE han «buscado» el culto católico tradicional y utilizan el lenguaje de la ideología RTC en las redes sociales. Además de asistir a la misa tradicional en latín, se considera que los RTC suelen «rechazar» el Vaticano II como «concilio válido», según el memorando.
En cuanto a que el gobierno etiquete a ciertos católicos como «extremistas violentos» debido a sus creencias, y a sus planes de reclutar católicos para espiar a sus feligreses, Miyares comentó: «Francamente, es lo que esperaría de la Cuba comunista».
La carta del viernes exigía que el FBI primero «ordenara de forma inmediata e inequívoca al personal de la agencia que no persiguiera a los estadounidenses basándose en sus creencias y prácticas religiosas».
Los 20 fiscales generales también «solicitan específicamente una explicación completa de los orígenes del documento, y documentos relacionados con su aplicación» así como información sobre cómo los católicos de Virginia ya se han visto afectados por el documento y «si el FBI ha comenzado a infiltrarse en lugares de culto en conflicto con las directrices internas del FBI».
Aunque el FBI se ha retractado del documento a raíz de las intensas reacciones suscitadas por su contenido, Miyares y los fiscales generales firmantes subrayaron que siguen sin estar persuadidos de los «esfuerzos de control de daños» del FBI.
El fiscal general de Virginia señaló que si el memorando no se hubiera filtrado, «bien podría seguir siendo un producto de inteligencia a disposición del FBI».
Y añadió:
«La eliminación del documento por parte del FBI... y la supuesta 'revisión' del proceso que lo creó no nos asegura en modo alguno que este memorándum no refleje un programa más amplio de vigilancia secreta de los católicos estadounidenses u otros fieles religiosos, y de infiltración en sus lugares de culto. Sólo nos asegura que el FBI se siente avergonzado por la revelación pública del contenido del memorándum».
Miyares señaló que él y sus colegas fiscales generales encontraban el memorándum particularmente alarmante por otras variadas razones, una de las cuales era que observaban que forma parte de una «peligrosa tendencia del FBI y del DOJ a etiquetar como extremistas violentos o terroristas a quienes sostienen opiniones contrarias a la Administración», puesto que, por ejemplo, ya han puesto en el punto de mira a padres que se han limitado a protestar en reuniones de consejos escolares.
El fiscal general también señaló que «espiar a los católicos» es «un uso absurdo de los recursos federales de aplicación de la ley y contrainteligencia», mientras que actividades ilegales manifiestamente peligrosas siguen sin abordarse.
Miyares señaló también que el FBI ya había «desautorizado» la práctica de espiar a los estadounidenses en los lugares de culto, como lo había hecho en las mezquitas después de los ataques terroristas del 11 de septiembre. De hecho, el FBI había «revisado sus directrices internas en 2010 y 2013 para evitar que sus agentes ignoraran cruelmente la libertad religiosa de los ciudadanos estadounidenses».
«Sería muy preocupante si el FBI hubiera revivido esta práctica contra los católicos estadounidenses o, peor aún, si nunca hubiera cerrado el programa en primer lugar», escribió Miyares.
El informante del FBI que publicó el memorando anticatólico, Kyle Seraphin, advirtió recientemente de que sirve de «puerta abierta» para considerar criminales a todos los cristianos de Estados Unidos.
«Creo que si somos realistas al respecto, han encontrado una puerta de entrada en lo que ellos piensan que es el catolicismo marginal con el fin de pasar a los cristianos en general y declararlos como los verdaderos criminales en este país, o terroristas potenciales», dijo a Tucker Carlson el jueves.
Es de destacar que la mención del documento a las creencias «anti-LGBTQ» de RTC parece vilipendiar no sólo a la gran mayoría de los católicos tradicionales, sino a la mayoría de los cristianos conservadores, ya que la creencia bíblica de que el matrimonio sólo existe entre un hombre y una mujer es interpretada por los activistas pro-LGBT como «anti-LGBTQ».
De hecho, el Southern Poverty Law Center (SPLC), citado por el memorándum en cuestión, incluso identifica la legislación que impide a los varones participar en deportes femeninos como «anti-LGBTQ». En su página web, el SPLC rechaza la «libertad religiosa» como «disfraz» de lo que afirma son creencias anti-LGBT.
El redactor jefe de Catholic Family News, Brian McCall, comentó a LifeSiteNews que la publicación del memorándum «confirma el estado distópico del país en el que tristemente vivimos.»
McCall también señaló que el catolicismo tradicionalista «nunca ha tenido nada que ver con el fanatismo o el odio racial» y que, de hecho, los grupos supremacistas blancos han tenido históricamente a los católicos en su punto de mira «porque los católicos siempre han buscado la salvación y la mejora en este mundo de la suerte de aquellas razas y etnias despreciadas por los elitistas protestantes blancos».
«Irónicamente, todas las parroquias con misa tradicional en latín a las que he asistido son más diversas étnicamente que las parroquias católicas liberales que segregan a los asistentes por líneas lingüísticas y, por tanto, étnicas (es decir, misas en español, misas vietnamitas, etc.)», continuó McCall.
La carta del Fiscal General Miyares fue firmada por los fiscales de los siguientes estados: Alabama, Alaska, Arkansas, Georgia, Idaho, Indiana, Iowa, Kansas, Kentucky, Louisiana, Missouri, Montana, Nebraska, Ohio, Carolina del Sur, Tennessee, Texas, Utah y Virginia del Oeste.