(CEE/InfoCatólica) En el documento de los obispos españoles titulado «El Dios fiel mantiene su alianza», que aprobó la Asamblea Plenaria de la CEE en noviembre de 2022, se trata el tema del aborto en su bloque III: entre las causas culturales, legislativas y sociales que «deconstruyen» la familia, reducen la persona a individuo y dificultan el bien común. El texto se fija especialmente en la problemática que las mujeres viven cuando se enfrentan al aborto « desde la convicción de que la muerte de otro nunca es la solución al problema que puedan sufrir».
Los obispos indican que «está a punto de ser aprobada la modificación de ley del aborto para hacerlo todavía más fácil, restringir la objeción de conciencia e impedir la información a las madres gestantes sobre el drama del aborto y sobre otras propuestas para afrontar el embarazo y la problemática de todo tipo que estas mujeres pueden estar viviendo, desde la convicción de que la muerte de otro nunca es la solución al problema que puedan sufrir».
Además afirman que «el movimiento abortista se sigue fundamentado en una ideología ya obsoleta, basada en el poder absoluto del individuo, contraria al nuevo paradigma ecológico de los cuidados y despreciando los descubrimientos científicos. El número de abortos se mantiene en unas cifras dramáticas, en torno a cien mil al año, ahora con muchas menos mujeres embarazadas».
Desde la aprobación del aborto en 1985, los obispos españoles explican que «los conocimientos sobre el ADN, las ecografías 3D, 4D y 5D permiten afirmar aún con más contundencia que negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es irracional, y afirmar que un supuesto «derecho a decidir sobre el propio cuerpo», una falacia».
En este sentido, subrayan que si el mundo sigue profundizando en el paradigma ecológico de los cuidados, algún día lloraremos los millones de víctimas que nunca pudieron siquiera ver la luz ni darnos su luz. «La proclamación del aborto -añaden- como derecho es una reivindicación del «yo» como único criterio. El aborto no es derecho a elegir, sino poder de prevalecer».
También en el documento van más allá: el aborto refuerza la vieja doctrina del ego individualista que, en círculos más amplios, contribuye también a provocar la precarización laboral, el debilitamiento de las comunidades humanas y la destrucción medioambiental.
Por ello, remarcan que «la ideología proaborto (pro-choice) genera una praxis ultra individualista». Somo seres relacionales y esta ideología «ha sido abrazada acríticamente y es incoherente con quien quiere defender una ecología integral donde esté en el centro la vida humana en toda su diversidad».