(FIAMC/InfoCatólica) Dirigida por el comité provida de la diócesis de Xuan Loc, la misa especial en la iglesia de Bac Hai de la ciudad de Bien Hoa, en la región sudoriental de Vietnam, contó con la asistencia de cientos de voluntarios provida de distintas confesiones. El cementerio alberga a más de 62.000 bebés no nacidos.
Antes del entierro, los fetos muertos se limpiaron con alcohol, se envolvieron en tela blanca, se les pusieron nombres, se decoraron con flores y se colocaron en la iglesia para que la gente rezara por ellos.
«Enterrar a los fetos muertos es pedir perdón a los bebés no nacidos por el dolor y el sufrimiento que les hacemos soportar... y rezar para que otros bebés estén a salvo», dijo el padre Joseph Nguyen Van Tich, uno de los dos sacerdotes que concelebraron la misa. El otro sacerdote fue el padre Vincent Nguyen Minh Tien.
Aunque la gente se tomó diez días de vacaciones para celebrar el festival del Tet (Año Nuevo Lunar) en enero, los abortos no disminuyeron y los voluntarios siguieron recogiendo 700 fetos muertos en clínicas y hospitales locales, dijo el padre Tich.
Esta nación del sudeste asiático, con una población de 99,4 millones de habitantes, registra 300.000 abortos al año, principalmente entre chicas de 15 a 19 años. De ellas, entre el 60% y el 70% son estudiantes, según los estudios.
Los voluntarios recogen cada mes entre 700 y 1.500 fetos muertos, incluidos los nacidos muertos, explica el padre Tich, que comenzó sus actividades provida en Vietnam en 2011.
El sacerdote dijo que el grupo diocesano ha rescatado a cientos de bebés del aborto y ha proporcionado alojamiento seguro a 2.000 madres solteras abandonadas por sus novios y familiares por negarse a interrumpir el embarazo.
En Vietnam, el aborto en el periodo inicial del embarazo ha sido reconocido como un derecho de la mujer en virtud de una ley de 1989 sobre la salud de las personas.
Más de 14 millones de personas en Vietnam -la tercera nación más poblada del sudeste asiático- tienen entre 10 y 19 años, lo que supone el 14,4 por ciento de su población.
Según un estudio realizado para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, en 2021 hubo un aborto por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 19 años en Vietnam.
El padre Tich dijo que el comité diocesano provida presta apoyo emocional y espiritual a las personas que abortan. Sin embargo, señaló que es triste que los padres paguen a los profesionales sanitarios para que sus hijas aborten.
Abortar es un vil crimen contra la humanidad, observó el sacerdote durante el entierro.