(ACI/InfoCatólica) El 15 de diciembre del 2022, se le imputaron cuatro cargos a una mujer inglesa llamada Isabel Vaughan-Spruce por simplemente haber rezado en silencio en una «zona de seguridad», aquellas que las autoridades de Birmingham, Inglaterra, han denominado así con el fin de prohibir realizar cualquier tipo de rezo u oración en forma de «protesta» alrededor de centros de abortos.
Como puede verse en el vídeo, Vaughan-Spruce se encontraba de pie en las afueras de una clínica de abortos (cerrada para el momento de los hechos), cuando inesperadamente se le acercan varios agentes de la policía y le preguntan si está rezando, a lo que ella responde: «Podría estar rezando en mi cabeza».
Todo esto puede constatarse gracias a un video que los mismos agentes grabaron en el momento de su arresto, el 6 de diciembre de 2022.
Después de haber sido arrestada, pasaron varios días hasta que, el 15 de diciembre, fue oficialmente acusada de haber violado la ordenanza de Birmingham, por «protestar y participar en un acto que intimida a los usuarios del servicio».
Finalmente, en los últimos días de enero, la Fiscalía de la Corona retiró los cargos y Vaughan-Spruce no se vio obligada a comparecer ante el tribunal, como se había previsto desde su acusación.
No obstante, los cargos aún tienen la posibilidad de restablecerse, por lo que aún hay riesgos de que vuelva a encontrarse en una situación legal complicada.
El viernes 3 de febrero, Isabel Vaughan-Spruce compartió un comunicado, en el que afirma: «No puede ser correcto que me arresten y me conviertan en una criminal, solo por rezar en silencio en una calle pública».
«La llamada ‘legislación de la zona de seguridad’ dará como resultado que muchas más personas como yo realicen actividades buenas y legales, como ofrecer apoyo caritativo a mujeres en crisis de embarazo, o simplemente rezar, y ser tratados como delincuentes e incluso llegar a los tribunales», agregó.
Es constante para Isabel Vaughan-Spruce encontrarse en situaciones de defensa de la vida, pues es la directora de March for Life UK.
Jeremiah Igunnubole, asesor legal de ADF UK, un grupo de libertad religiosa que acompaña el movimiento de Isabel, la estuvo apoyando durante todo el proceso, y afirma que todavía se encuentra en una «incertidumbre legal significativa».
Isabel se mantiene buscando un veredicto en la corte que la ayude a aclarar de una vez por todas su situación legal. «Es importante para mí poder continuar con mi trabajo vital de apoyo a las mujeres que quisieran evitar el aborto si tuvieran un poco de ayuda», dijo. «Para hacerlo, es vital que tenga claridad sobre mi estatus legal. Muchos de nosotros necesitamos una respuesta sobre si todavía es lícito orar en silencio en nuestras propias cabezas».
El abogado Igunnubole la respaldó diciendo: «Isabel tiene razón al solicitar la claridad adecuada en cuanto a la legalidad de sus acciones. Una cosa es que las autoridades registren y arresten a una persona simplemente por sus pensamientos, humillándola. Otra muy distinta es considerar inicialmente que esos pensamientos son evidencia suficiente para justificar los cargos, luego descontinuar esos cargos debido a 'pruebas insuficientes' y luego advertir que es posible que pronto surjan más pruebas».
Para Igunnubole, «este es un claro ejemplo de que el proceso se convierte en el castigo, creando un efecto paralizante en la libertad de expresión y la libertad de pensamiento, conciencia y creencia».