(Telegraph/InfoCatólica) Al conversación se acaba de dar a conocer después de que los obispos de la Iglesia de Inglaterra (*) rechazaran las peticiones de permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo en las iglesias en una reunión celebrada en enero, tras seis años de debate y consulta. En su lugar, acordaron ofrecer bendiciones a dichas parejas tras su matrimonio o unión civil.
La decisión provocó la reacción del lobby LGTBI. El lunes, un parlamentario preguntó al arzobispo si la Iglesia de Inglaterra debía mantener su estatus de Iglesia establecida (ndt:estatal) cuando no está en consonancia con la ley y la opinión pública, informó The Guardian.
El Arzobispo respondió que prefería que su iglesia fuera disuelta antes que arriesgarse a perder a los grupos conservadores dentro del resto de la comunión anlgicana mundial.
Aunque el Estado británico ya no apoya económicamente a la Iglesia como antes, sus altos clérigos son miembros de la Cámara de los Lores y muchas de sus leyes son aprobadas por el Parlamento. El Rey Carlos es el Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra, y será coronado por el Reverendísimo Justin Welby en mayo. La Iglesia de Inglaterra es también la «iglesia madre» de la Comunión Anglicana en todo el mundo.
Las propuestas de los obispos sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo se debatirán en el Sínodo General, el órgano legislativo de la Iglesia, la próxima semana.
Según el derecho canónico vigente, ningún ministro de la Iglesia de Inglaterra puede bendecir o casar a parejas homosexuales, y los obispos decidieron que no cambiarán su doctrina actual, según la cual el sagrado matrimonio «es entre un hombre y una mujer para toda la vida».
Un portavoz del arzobispo declaró:
«El arzobispo aceptó reunirse para mantener una conversación privada con los diputados y es decepcionante que algunos parlamentarios hayan decidido no respetar los términos de la reunión. No reconocemos el relato de la conversación privada tal y como se ha filtrado, que fue mucho más matizado y complejo de cómo se ha descrito».
(*) La Iglesia anglicana no es propiamente una iglesia sino una comunión eclesial debido a que no ha conservado la sucesión apostólica y, por tanto, el sacramento del orden.