(LifeSiteNews/InfoCatólica) Cuatro padres de una escuela en Wisconsin han demandado a un distrito escolar de Madison por un «plan de apoyo de género» que aconseja a los profesores ocultar a los padres los problemas de disforia de género de los alumnos, a pesar de los riesgos catastróficos que conlleva hacerlo.
El Daily Caller informa de que el Distrito Escolar Metropolitano de Madison, MMSD por sus siglas en inglés ordena al personal de la escuela que comparta información sobre la «identidad de género y los pronombres» de un estudiante sólo «en función de las preferencias del estudiante o como se indica en su plan de apoyo de género», porque «los estudiantes tienen derecho a hablar libremente sobre su identidad, pero el personal de la escuela no».
En respuesta, cuatro padres demandan al distrito de forma anónima, argumentando que una «demanda preventiva es la única forma de evitar daños de por vida a los menores y preservar los derechos constitucionales de los padres, porque no se puede esperar que los padres conozcan ni el futuro ni lo que el distrito les oculta». Ninguna organización profesional recomienda que funcionarios escolares sin formación faciliten en secreto las transiciones de género sin implicar a padres y expertos.
Los estudios revelan que más del 80% de los niños que sufren disforia de género la superan por sí solos al final de la adolescencia, y que incluso la cirugía de «reasignación completa» no suele resolver la mayor tendencia de las personas con confusión de género a autolesionarse y suicidarse, e incluso puede exacerbarla al reforzar su confusión y desatender las causas reales de su lucha mental.
Además de estos problemas, los expertos ajenos al sector médico advierten de que el refuerzo quirúrgico o químico de la confusión de género impone daños irreversibles en los niños, como infertilidad, deterioro de la función sexual adulta y reducción de la esperanza de vida, así como el coste psicológico de estar «encerrado» en alteraciones físicas, independientemente de que cambien de opinión cuando maduren, como atestiguan muchas personas que se «detransicionaron» a su verdadero sexo.
La historia de Yaeli Martínez, una joven de 19 años a la que la «transición de género» se le presentó como una posible cura para su depresión en el instituto, apoyada por un consejero del instituto que ocultó a su madre lo que estaba pasando, ilustra sombríamente los riesgos. La problemática chica se suicidó tras intentar vivir como un hombre durante tres años.
MMDS es el mismo distrito en el que recientemente se pospuso un espectáculo de drags «apto para toda la familia» debido a las protestas del público, y que está celebrando una clase de una semana de duración «para que los alumnos comprendan la diferencia entre género, orientación sexual y sexo asignado al nacer», promoviendo la ideología del género fluido con un diagrama de «género snowperson» y concluyendo con un «día del arco iris».
Por el contrario, este mes tres consejos escolares de Wisconsin (Muskego-Norway, Waukesha y Arrowhead) votaron a favor de exigir el consentimiento paterno antes de que el personal de la escuela pueda afirmar y complacer la «identidad de género» preferida de los alumnos confundidos.