(Asia news/InfoCatólica) En la nueva sesión del parlamento japonés, que comenzó hoy, el primer ministro Kishida pronunció un discurso de apertura en el que delineó las prioridades del gobierno para el nuevo año. El protagonista indiscutible de su discurso fue el declive demográfico que azota al país desde hace décadas y que, en palabras de Kishida, está empujando a Japón «al borde de no poder seguir cumpliendo con sus funciones sociales». Elevar la natalidad estará, por tanto, en el centro de la acción del Gobierno durante 2023.
La crisis de la natalidad es un fenómeno bien conocido en Japón, que tiene su origen en un modelo socioeconómico ya anticuado. Sin embargo, la gravedad de la situación empeoró con el paso de los años y la caída de la tasa de natalidad del año pasado supuso una señal de alarma: por primera vez, el número de recién nacidos cayó por debajo de la barrera psicológica de lps 800.000. Este es un umbral que según las estimaciones no debería haberse traspasado antes de 2030, lo que significa que el envejecimiento del país avanza mucho más rápido de lo imaginado.
Además, el pasado mes de diciembre un comité de expertos creado por el gobierno había publicado un informe muy preocupante, en el que se advierte que el tema de la natalidad atañe a «la supervivencia misma de la nación».
Por eso, Kishida, hablando ante el parlamento, instó a los legisladores a hacer un mayor esfuerzo, utilizando incluso expresiones fuertes. Como aquella según la cual las políticas para facilitar la crianza de los niños son «la inversión más eficiente para el futuro». Para revertir la caída de la tasa de natalidad, Kishida se comprometió a «crear una economía y una sociedad donde los niños sean lo primero».
Después de establecer la tan esperada Agencia de la Infancia y la Familia en abril, el gobierno tiene como objetivo duplicar el gasto en manutención infantil para 2023. Por lo tanto, hace unas semanas, Kishida nombró a Masanobu Ogura como ministro responsable de implementar estas políticas para que comience a estudiar un plan de acción. El grupo de trabajo que deberá formular las nuevas propuestas se reunió por primera vez este jueves, y en su inauguración Ogura recordó que estas son una prioridad máxima para Kishida.
En la conferencia de inicio del año, el primer ministro japonés anunció tres áreas en las que se concentrarán las intervenciones. La primera se refiere al apoyo económico directo a las familias con hijos a cargo; la segunda, al fortalecimiento de los servicios de guardería; por último, la tercera, refiere a la reforma de los hábitos laborales para permitir que los padres que trabajan tengan un mejor equilibrio entre la vida personal y profesional.
Las propuestas que elaborará el grupo de trabajo deberán presentarse antes de marzo para que puedan ser incluidas en el documento de política económica y fiscal que se publica todos los años en junio. Sin embargo, aún no está claro cómo el gobierno planea financiar el incremento del gasto público, que según los cálculos alcanzará los setenta y cinco mil millones de dólares.