(AbcSevilla/InfoCatólica) El prelado explica así su postura sobre la ideología de género:
«Se trata de un sistema de pensamiento según el cual las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las evidentes diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son construcciones meramente culturales y convencionales, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos. Por lo tanto, no existen sexos, sino roles. Es decir, que niega la diferencia y la reciprocidad natural entre el hombre y la mujer, lo cual me parece erróneo. Mi concepción del ser humano se fundamenta en la antropología cristiana, que tiene sus raíces en la narración de los orígenes tal como aparece en el Libro del Génesis, donde está escrito que «varón y mujer los creó».
En relación a las consecuencias de la pandemia por Covid, indica:
«…en nuestra sociedad, si se va apagando el alma, el espíritu, la fraternidad, cada uno acaba buscando su interés. De nosotros depende aprender y aplicar algunas lecciones de la pandemia. El ser humano es capaz de llegar a la luna, de enviar sondas a Marte, de clonar seres vivos, y puede sentirse tan poderoso, que se crea capaz de conseguir todo lo que se proponga. Pero de pronto aparece un bichito pequeño llamado coronavirus, y nos derrota a todos, comenzando por los poderosos de este mundo. Ojalá hayamos aprendido a ser un poco más humildes, realistas y solidarios».
Mons. Saiz Meneses también se refiere a la actual crisis demográfica y qué se puede hacer para revertirla:
«Nuestra crisis demográfica se debe principalmente a la ausencia de natalidad. Trabajos precarios y sueldos bajos impiden acceder a una vivienda y formar una familia. Además, resulta muy difícil conciliar la vida laboral con la tarea de criar a los hijos. El modelo económico sin duda tiene que cambiarse porque, además, con el avance de las nuevas tecnologías, cada vez se eliminan más puestos de trabajo. Es urgente un cambio en la cultura laboral, es imprescindible racionalizar los horarios, reducir la temporalidad de los contratos, aumentar la productividad, la flexibilidad y la protección de la maternidad y paternidad. En el fondo, se necesita una transformación radical de los modelos económicos y sociales, y una propuesta de familia y vida al servicio del bien común».
Situación en la Iglesia
El arzobispo de Sevilla también ha respondido a preguntas sobre la actualidad eclesial. Ha indicado que Benedicto XVI y Francisco «no son tan distintos porque los papas coinciden todos en lo sustancial de la doctrina. Puede haber una diferencia de acentos, que viene dada por la trayectoria vital, el propio temperamento o por las situaciones que toca afrontar a cada uno».
Igualmente indica que el actual Pontífice sigue los pasos del Concilio Vaticano II:
«El Papa Francisco va llevando a cabo las reformas que estima necesarias desde un principio de fidelidad a la doctrina, a la tradición y a la vida de la Iglesia, y también teniendo en cuenta la necesaria adaptación a los tiempos nuevos y a las nuevas situaciones. Esto es algo que ha sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia. Recordamos, en particular, las reformas del Concilio Vaticano II y los sínodos posteriores, procurando dar respuestas a los desafíos que se presentan en cada momento de la historia».
D. José Ángel responde a dos preguntas sobre el sínodo sobre la sinodalidad y lo que está ocurriendo con la Iglesia en Alemania:
-En el Sínodo de la Sinodalidad se debatirán asuntos como la ordenación de casados, el celibato opcional o el sacerdocio femenino. ¿Cuál es su posición sobre cada uno de esos temas?
-Se debatirán los temas que se consideren de mayor coincidencia y relevancia a partir de la fase diocesana y la fase continental, desde la colaboración y escucha del pueblo de Dios, implicando a todos los cristianos. Sinodalidad significa vivir unidos y hacer camino unidos, ése es el principal centro de interés de este Sínodo. Habrá que profundizar sobre la vida de la Iglesia, sobre la comunión con Dios y entre los hermanos, sobre la realidad de la Iglesia y su misión en el mundo... No hay que tener miedo a debatir sobre cualquier tema. La prioridad está en volver a las fuentes del Evangelio y desde ahí iluminar toda la realidad. En nuestra realidad concreta de Sevilla hemos de crecer en comunión y sinodalidad, mejorar en la transmisión de la fe, salir más a las periferias geográficas y existenciales, seguir insistiendo en la atención a los más vulnerables y necesitados, cuidar la formación, etcétera.
-La Iglesia alemana ha llegado a plantear un pulso bordeando el cisma. ¿Qué solución ve a este conflicto?
-La solución la encontramos en el libro de los 'Hechos de los Apóstoles', en la primera comunidad de Jerusalén, con el problema de la falta de atención a las viudas y huérfanos de los cristianos de procedencia griega. Se reúne la comunidad, y su metodología consta de dos elementos principales: oración y diálogo. Han pasado veinte siglos, y los problemas que se están debatiendo en el sínodo de Alemania son más amplios y complejos, pero la esencia de la metodología es la misma. Oración y diálogo. Inspirarse en las Sagradas Escrituras y en la tradición de la Iglesia para hallar las respuestas a las nuevas situaciones. El dogma y la moral no dependen de modas o de encuestas.
Por último, indica que no cree que estemos en el final del actual pontificado:
«El Papa Francisco tiene dificultades de movilidad debido a una inflamación del ligamento de la rodilla derecha, pero está muy lúcido mentalmente, eso lo pudimos comprobar muy de cerca en la visita ad limina. Ahora bien, estoy convencido de que cuando vea que no puede desarrollar convenientemente su ministerio petrino, no tengo ninguna duda de que renunciará también. Pero me parece que ahora mismo no se dan esas condiciones».