(Lifenews/InfoCatólica) Sarah Zagorski entiende el problema mejor que nadie. Sobrevivió a un aborto en 1990 y nació viva a las 26 semanas de la gestación. El abortista le dijo a su madre que dejara morir a Sarah, pero afortunadamente su madre sintió la necesidad de proteger a su hija y exigió que se le proporcionara atención médica.
«Afortunadamente, se resistió a sus esfuerzos coercitivos y le dijo: 'Voy a demandarle si no le presta atención médica a mi hija...». dijo Zagorski de su madre.
Y su convincente historia es la razón por la que Zagorski está tan furiosa con los demócratas que quieren negar la atención médica a bebés como ella. Como dijo a Fox News. «Esa amenaza le asustó lo suficiente como para darle la atención que necesitaba».
«Estoy muy agradecida a mi madre biológica, pero mi mensaje hoy es que las mujeres nunca deberían estar en una situación en la que tengan que luchar contra médicos abortistas coercitivos en la industria del aborto», dijo Zagorski. «Y este proyecto de ley protegerá a las mujeres, y también protegerá a los bebés como yo».
«La conclusión es que esto es infanticidio», continuó. «Estamos hablando de un bebé que ya ha nacido. No hay excusa para que nadie vote 'no' a esta ley. No se trata del 'derecho al aborto'. Se trata de un bebé que está fuera del útero. Es algo en lo que todos deberíamos estar de acuerdo».
La Ley de Protección de las Sobrevivientes de Aborto Nacidas Vivas, aprobada la semana pasada en la Cámara de Representantes, exige que, cuando un bebé nace vivo tras un aborto, los profesionales sanitarios deben ejercer el mismo grado de destreza profesional y cuidados que ofrecerían a cualquier otro niño nacido vivo a la misma edad gestacional. También exige que, tras una atención adecuada, los profesionales sanitarios trasladen inmediatamente al niño vivo a un hospital.