(Agencias/InfoCatólica) Quizá era uno de los testimonios más esperados. Fue su sombra en el pontificado y estuvo a su lado hasta el momento de la muerte.
Con 66 años se le quebró la voz cuando el domingo sus amigos y colaboradores le daban el pésame en el monasterio de Mater Ecclesiae.
Desde el año 2003 mantuvo con Benedicto XVI la doble relación de consejero y «casi como un hijo». Desde la renuncia al papado, el papel de Gänswein tomó más relevancia pues hacía de «filtro» sobre las colaboraciones o intervencios de Bendicto.
Según informa la agencia EFE, de él proceden las palabras que ayudaron a entender en estos años el estado en el que se encontraba Benedicto XVI, del que sólo se filtraban algunas fotos cuando recibía visitas. «Se apaga lentamente como una vela», dijo.
La idea de abrir libremente la capilla ardiente en el Mater Ecclesiae para que ya desde el domingo los más allegados pudieran darle el último adiós sin controles fue de él. Quien quiso pudo atravesar los muros vaticanos y llegar al lugar, inmerso en los jardines vaticanos, donde Benedicto XVI «se retiró de los ojos del mundo», como había prometido en 2013.
Al principio no iba a ser más una ayuda personal pero después del cónclave acabó siendo elegido papa y se quedó con él para siempre. «Padre Georg» se convirtió en la sombra de Benedicto XVI durante los 8 años de pontificado y por su afabilidad y cortesía en uno de los «preferidos» de la prensa. Pero su apoyo se fortaleció tras la renuncia.
En una entrevista concedida hoy a Ezio Mauro, director de «la Repubblica», el padre Georg explica que le reveló sus intenciones de renunciar a finales de septiembre de 2012 en Castel Gandolfo. Gänswein le dijo que era imposible. La entrevista será retransmitida el día del funeral de Benedicto XVI, jueves 5 de enero, a última hora de la tarde en Rai3.
«Me dejó hablar. Y luego dijo: puedes imaginarte que he pensado bien esta elección, reflexioné, recé, luché. Y ahora estoy comunicando una decisión tomada, no una tesis a discutir. No es una cuestión que debatir, se decide. Yo ahora te lo digo, pero ahora no se lo digas a nadie», explicó.
Sobre el famoso escándalo de los documentos robados por parte del mayordomo Paolo Gabriele, Gänswein afirma que «el diablo estuvo en contra de Benedicto XVI» y que incluso le pidió al papa que le «despidiese» porque era su responsabilidad no haberse dado cuenta, pero él lo rechazó.
Últimos momentos
El miércoles pasado le administró el sacramento de la Unción de enfermos, y el jueves y el viernes celebró misa con él en su dormitorio. El sábado por la mañana, fue él quien avisó a Francisco, el primero que supo que Benedicto XVI había muerto.
Hoy, desde primeras horas de la mañana, cuando los restos mortales del papa emérito abandonaron la casa Mater Ecclesiae para llegar a la basílica de San Pedro para el último adiós de los fieles, Gänswein permaneció a su lado. Hasta el final.