(ACIPrensa/InfoCatólica) Entre dichos descubrimientos, a continuación, tenemos 5 de los más resaltantes:
La revuelta de los macabeos: Pruebas
El descubrimiento se realizó en el mes de noviembre, con un grupo de arqueólogos israelíes como responsables, quienes hallaron dentro de una cueva del desierto de Judea un cofre de madera en cuyo interior albergaba 15 monedas de plata. Según los investigadores, este cofre tiene una antigüedad de 2200 años.
Asimismo, aseguran que esta sería la primera evidencia obtenida de la huida de los romanos 200 años antes del nacimiento de Jesús, cuando ocultaron sus propiedades en el desierto y fueron posteriormente asesinados, tal y como se explica en el primer libro bíblico de los Macabeos, específicamente en el capítulo 2, del versículo 29 al 37.
Fracciones de marfil pertenecientes al trono de Salomón
Este hecho surgió en el mes de septiembre, cuando la Autoridad de Antigüedades de Israel hizo público su descubrimiento de fracciones de marfil en la Ciudad de David de Jerusalén que «fueron aparentemente incrustados en un sofá-trono colocado en una estructura palaciega».
Según los arqueólogos encargados del caso, es un hallazgo «extraordinario» pues se trata de «un conjunto de placas de marfil del periodo del Primer Templo, entre las pocas encontradas en el mundo, y las primeras de su clase halladas en Jerusalén».
Además, explican que el marfil «se consideraba una de las materias primas más caras del mundo antiguo, incluso más que el oro».
El pasaje bíblico que respalda este descubrimiento es 1 Reyes 10, 18, donde se relata que el Rey Salomón llevó a cabo la construcción de un trono de gran tamaño a base de marfil y recubierto de oro.
Maldiciones desde el monte Ebal
Este descubrimiento se dio, realmente, hace 40 años, cuando un grupo de arqueólogos hallaron en el Monte Ebal una tableta de plomo. Mas fue en septiembre de este año cuando se realizó una tomografía computarizada a la tableta y se encontró en ella una maldición, de la cual se habla en Josué 8, 24-35.
Este pasaje bíblico relata lo siguiente: «Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley.No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos».
Es así que, Scott Stripling, jefe de Associates for Biblical Research, asegura que la tableta contiene una maldición realizada en nombre de Dios, realizada en un lapso aproximado del 1200 al 1400 a.C.
La súplica a San Pedro
Otro de los descubrimientos fue un mosaico con más de 1500 años de antigüedad encontrado cerca a la orilla del Mar de Galilea en el yacimiento de el-Araj, con la siguiente inscripción: «jefe y comandante de los apóstoles celestiales».
Según el director académico de la excavación, Mordechai Aviam, durante la época a la que pertenece este mosaico, los cristianos bizantinos utilizaban dicha expresión para hacer referencia a San Pedro.
La inscripción del Rey Ezequías
Finalmente, tenemos un descubrimiento obtenido en el mes de octubre, cuando dos expertos en arqueología lograron descifrar una inscripción grabada en un trozo de piedra caliza, la cual describe: «Ezequías hizo el estanque en Jerusalén».
Sus nombres son Gershon Galil y Eli Shukron. Ellos afirman que dicha inscripción respalda la cita bíblica de 2 Reyes 20, 20: «El resto de los hechos de Ezequías, toda su bravura, cómo hizo el estanque y la traída de aguas a la ciudad ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?».
Es así que, el investigador Galil asegura que «este descubrimiento fortalece el enfoque de los investigadores que enfatizan la confiabilidad de la Biblia».