(InfoCatólica) Hace seis meses numerosos activistas provida en Irlanda alertaban del elevado número de bebés con síndrome de Down que son abortados. Empiezan a llegar las evidencias. Alrededor del 95 por ciento de los padres cuyos bebés son diagnosticados con síndrome de Down en el Hospital Rotunda de Dublín optan por abortar, según el director del hospital.
«El 95 por ciento de los que eligen ese camino toman esa decisión ellos mismos. No abogamos mucho por la terminación», dijo. Aunque «la realidad es que la gran mayoría opta por terminar. No tengo una opinión sobre si eso es lo correcto. No abogamos por eso, esa es solo la experiencia vivida».
Aunque el riesgo de síndrome de Down se puede identificar a las nueve semanas de embarazo, la confirmación del diagnóstico suele tardar unas 12 semanas, que es el límite para la mayoría de las interrupciones según la legislación irlandesa introducida en 2019.
El síndrome de Down, a menos que se acompañe de otra afección que limite la vida, no es una anomalía fetal fatal según la legislación, por lo que las mujeres afectadas que buscan una terminación después de las 12 semanas tienen que viajar al extranjero para el procedimiento, como también indica Paul Collen el mismo diario.
Según Down Syndrome Ireland, un bebé con síndrome de Down nace de cada 444 nacimientos. El Rotunda dijo en 2018 que cada año nacían en el hospital entre 20 y 25 bebés con síndrome de Down.
Con más mujeres que retrasan tener bebés y un mayor acceso a los tratamientos de fertilidad, más de una cuarta parte de las madres que dan a luz en la Rotonda ahora tienen más de 35 años, dice.
Además de otras consideraciones, un medio tan poco sospechoso como el New York Times ponía de manifiesto que algunas de las pruebas de cribado prenatal más comunes no son tan fiables como a menudo se hace creer a los padres, y que muchos bebés sanos podrían estar siendo abortados por falsos positivos.