(InfoCatólica) Según la Asociación Ar Gedour, en Nochebuena y Navidad se celebrarán en Francia unas quince Misas en las que se utilizará el bretón, la lengua de San Güingualeo, San Budoco, San Herveo, San Brioco o San Tugdualo. La mayoría de estas Misas, celebradas en las diócesis de Vannes, Quimper y Saint Brieuc, serán bilingües (en francés y bretón) o trilingües (latín, francés y bretón), pero cuatro de ellas se celebrarán íntegramente en este idioma, que se extendió de Britania al continente en el siglo V.
El bretón es la única lengua céltica que aún se habla en Europa continental. Las demás leguas célticas actuales pertenecen todas al ámbito del Reino Unido e Irlanda: el gaélico irlandés en Irlanda, el galés en Gales, el gaélico escocés en Escocia, el córnico en Cornualles y el manés en la isla de Mann, las dos últimas casi extinguidas. En España se habló lengua céltica especialmente en la zona de Galicia (que significa tierra de los galos o celtas), Asturias, Cantabria y el norte de Portugal, aunque otra variante (el celtíbero) se extendió por Castilla y Aragón. Algunas palabras y nombres de origen céltico que han persistido en español son carro, cerveza, camisa, camino, Segorbe o Segovia (sego- significaba «victoria») y Arganda o Aranda (-anda significaba «frontera»).
El bretón fue retrocediendo a lo largo de la historia frente al auge del francés y, en la actualidad, solo se habla en el extremo noroeste de la región de Bretaña. Desde la Revolución Francesa, el Estado francés es fuertemente antirregionalista y no ha prestado atención a las lenguas minoritarias de Francia o ha procurado su desaparición, por lo que no existen estadísticas oficiales, pero se estima que solo quedan en torno a trescientos mil hablantes de bretón (un descenso del 40 % en los últimos treinta años). Buena parte de ellos, además, ya no lo hablan como lengua materna y su dominio del idioma deja bastante que desear, a pesar de que hoy en día se ofrece como asignatura optativa en algunos colegios.
Aunque en algunas diócesis francesas existe una pastoral específica en lengua bretona y la Asociación Ar Gedour promueve iniciativas católicas al respecto y difunde los textos necesarios para la celebración de la liturgia y para la catequesis, en la mayoría de los casos la presencia litúrgica del bretón se limita a los cantos y algunas oraciones. No es fácil saber si el bretón persistirá o se extinguirá en las próximas décadas, pero, en cualquier caso, si terminase por desaparecer, hasta el final se elevarán oraciones y cantos a Dios en ese antiguo idioma. Es difícil imaginar una forma mejor de que una lengua alcance la inmortalidad.