(LifeSiteNews/InfoCatólica) «Si no tenemos libertad de expresión, entonces simplemente no tenemos un país libre. Así de sencillo. Si se permite que este derecho fundamental perezca, el resto de nuestros derechos y libertades se derrumbarán como fichas de dominó, una a una. Caerán, por eso hoy anuncio mi plan para hacer añicos el régimen de censura de la izquierda y recuperar el derecho a la libertad de expresión para todos los estadounidenses, y recuperar es una palabra muy importante en este caso porque nos lo han arrebatado».
Trump dijo que entre sus primeros actos al tomar posesión de nuevo estaría firmar una orden ejecutiva «prohibiendo a cualquier departamento o agencia federal confabularse con cualquier organización, empresa o persona para censurar, limitar, categorizar o impedir el discurso legal de los ciudadanos estadounidenses», prohibiendo que «el dinero federal se utilice para etiquetar el discurso doméstico como erróneo o desinformación, e identificando y despidiendo a cada burócrata federal que haya participado en la censura doméstica directa o indirectamente».
A continuación, prometió una investigación federal de «todas las partes implicadas en el nuevo régimen de censura en línea por posibles violaciones de la ley federal de derechos civiles, las leyes de financiación de campañas, la ley electoral federal, la ley de valores y las leyes antimonopolio» e instó al Congreso a aprobar una legislación que revise la Sección 230 de la ley federal Communications Decency Act, que exime a las empresas de Internet de responsabilidad por los contenidos que terceros publiquen en sus sitios web, de modo que las plataformas sólo puedan acogerse a ella «si cumplen normas estrictas de neutralidad, transparencia, imparcialidad y no discriminación», así como aumentar los esfuerzos para «retirar contenidos ilícitos como la explotación infantil y el fomento del terrorismo».
En el pasado, el gobierno de Biden admitió abiertamente haber instado a las empresas de medios sociales a retirar determinados contenidos por constituir supuestamente «desinformación» sobre el COVID-19. Ahora niega estar implicado en la censura de los medios sociales y también estar implicado en decisiones de censura más amplias, algo sobre lo que muchos conservadores siguen sospechando.
A continuación, Trump pidió poner fin a la financiación federal de cualquier institución académica o sin ánimo de lucro implicada en la censura o la interferencia electoral, promulgar sanciones penales «para los burócratas federales que se asocien con entidades privadas para burlar la Constitución y privar a los estadounidenses de sus derechos en virtud de la Primera, la Cuarta y la Quinta Enmienda», e imponer un «período de reflexión de siete años antes de que cualquier empleado del FBI, la CIA, la NSA, el DHS o el Departamento de Defensa pueda aceptar un trabajo en una empresa que posea grandes cantidades de datos de usuarios estadounidenses».
Por último, el ex presidente pidió al Congreso que apruebe una «declaración de derechos digitales», que incluya disposiciones para que los funcionarios del gobierno no puedan hacer retirar contenido en línea sin una orden judicial, que los usuarios de plataformas tengan derecho a ser notificados de las acciones tomadas contra ellos y a apelarlas, y que todos los usuarios adultos tengan derecho a «excluirse completamente de la moderación y curación de contenidos».
El contenido de la propuesta de Trump recibió amplios elogios de los conservadores, aunque algunos cuestionaron por qué no la persiguió durante su presidencia, a pesar de que la censura en línea de los conservadores era un tema apremiante desde 2017.
El anuncio quedó algo eclipsado por el «gran anuncio» que el ex presidente había hecho dos horas antes de una línea de cromos digitales de sí mismo por 99 dólares cada uno, que suscitó burlas generalizadas en Internet. Pero los coleccionables virtuales (cuyos beneficios no fueron a parar a la campaña de Trump) fueron un éxito financiero, agotándose en menos de 24 horas.
De momento, Trump es el único candidato confirmado para la próxima nominación presidencial del Partido Republicano. Se espera que se enfrente a la dura competencia del gobernador de Florida, Ron DeSantis, que aún no ha anunciado su candidatura.
Antecedentes
Recientemente, cuando el nuevo nuevo propietario de Twitter, Elon Musk, dio acceso a periodistas a algunas de las comunicaciones internas de la red social, salió a la luz que el equipo directivo anterior censuró deliberadamente cuentas conservadoras, la de Trump incluido.
En dichos archivos se observa que las acusaciones de que los tweets del ex-presidente incitaban a la violencia no eran sólidas, pero aún así decidieron censurarlo. Además, se mostró la reacción de algunos ejecutivos a una campaña de empleados que pidieron endurecer las medidas contra Trump.
También salió a luz pública de que Twitter había seguido empleando el controvertido «shadowbanning» (en donde quitaban visibilidad a ciertas publicaciones sin que el autor se enterase) a pesar de que lo habían negado, y específicamente contra los puntos de vista más conservadores.