(InfoCatólica) Como acto de resistencia contra la introducción del «matrimonio» entre personas del mismo sexo impulsada por el Landtag (Parlamento) de Liechtenstein, el arzobispo Wolfgang Haas ha suspendido el tradicional oficio religioso de apertura de las sesiones del Landtag.
En un artículo publicado en el Boletín Oficial el 10 de diciembre («Vobiscum: Amtsblatt für das Erzbistum Vaduz» y en linea en kath.ch), Haas escribía que tal celebración litúrgica ya no tenía sentido «a la vista del comportamiento parlamentario de la gran mayoría de los miembros de nuestro Landtag en un asunto esencial de ética cristiana».
Es importante, «en el sentido de la credibilidad religiosa», «resistir y evitar cualquier forma de blanqueamiento eclesiástico público o institucional», subrayó el arzobispo, que el año próximo cumplirá 75. Dijo: «un principio siempre válido es: ¡prevenir al principio!».
«La experiencia demuestra que las consecuencias de la mala conducta moral son catastróficas», explicó Haas. «La introducción del llamado 'matrimonio para todos', con todos los excesos asociados, provocará la ruptura de un dique moral, sobre todo en el ámbito educativo, como ya se puede ver en varios países donde la propaganda de género y LGBT ha llegado a las escuelas.»
En su artículo, Haas se refería a su declaración pública sobre la moción presentada en el Parlamento de Liechtenstein para introducir el «matrimonio para todos». Una declaración que a su vez «se basa en las 'consideraciones sobre los proyectos de reconocimiento legal de la cohabitación entre personas homosexuales', emitidas por la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe, y no surge simplemente de una opinión privada».
Según el arzobispo, su declaración «aparentemente no tuvo el efecto deseado en el parlamento de Liechtenstein, cuyos miembros pertenecen todos a la Iglesia católica», ya que la «moción para elaborar el correspondiente proyecto de ley» fue remitida al gobierno por amplia mayoría.
Haas explicó claramente que se trataba concretamente de un «pseudomatrimonio que contradice tanto el sentimiento natural como la ley natural racional y, en particular, la comprensión cristiana del ser humano tal como corresponde al orden divino de la creación».
Fuertes críticas del editor en jefe de kath.ch
CNA Deutch señala críticamente que el redactor jefe del portal de noticias kath.ch, Raphael Rauch, criticó duramente el artículo del arzobispo de Vaduz. El responsable de kath.ch es el Centro Católico de Medios de Comunicación, una asociación fundada por encargo de la Conferencia Episcopal Suiza y cofinanciada por ella.
«Sin embargo, con su decisión de cancelar el tradicional servicio religioso en la apertura de la sesión parlamentaria estatal, Wolfgang Haas puede haberse jugado el todo por el todo», escribió Rauch. «Es similar al chantaje espiritual hacer depender la celebración de un servicio religioso de una agenda política específica».
Coherencia con la perenne enseñanza de la Iglesia
Además de todas las referencias al magisterio de la Iglesia, el obispo Hass, ya advirtió sobre la deriva del Parlamento el 15 de septiembre:
Según informan los medios de comunicación de Liechtenstein, 15 diputados presentarán una moción sobre la introducción del «matrimonio para todos» el 21 de septiembre de 2022. Esto me lleva a recordar una vez más que el Arzobispado de Vaduz ya había dejado claro el 6 de julio de 2010, en una declaración sobre el «Informe de consulta del Gobierno sobre la creación de una ley sobre la unión registrada de parejas del mismo sexo», que tal institucionalización legal es inaceptable para la Iglesia católica, tanto por auténticas razones de razón como sobre la base de su doctrina de fe, que se fundamenta en la revelación divina.
En este contexto, tanto el Gobierno como la Casa Principesca y los parlamentarios tuvieron conocimiento de las «Consideraciones sobre los proyectos de reconocimiento legal de la cohabitación entre personas homosexuales» presentadas por la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe y aprobadas por el Papa Juan Pablo II el 28 de marzo de 2003 y publicadas el 3 de junio de 2003.
Dice explícitamente:
«En el caso de que en una Asamblea legislativa se proponga por primera vez un proyecto de ley a favor de la legalización de las uniones homosexuales, el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley. Conceder el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien común de la sociedad es un acto gravemente inmoral.
En caso de que el parlamentario católico se encuentre en presencia de una ley ya en vigor favorable a las uniones homosexuales, debe oponerse a ella por los medios que le sean posibles, dejando pública constancia de su desacuerdo; se trata de cumplir con el deber de dar testimonio de la verdad.».
Considero un deber sagrado subrayar una vez más la posición de la Iglesia católica con respecto a la pretendida introducción del «matrimonio para todos». También se lo debemos a nuestros fieles y a todas las personas de buena voluntad.
Una claridad que se añora en otros países. Es probable que los parlamentarios liechtensteinianos se pensasen que como ocurre en otros sitios el obispo se «adaptaría a los tiempos».