(Interfax/InfoCatólica) La comisión de política humanitaria del Parlamento ucraniano ha recomendado que se apruebe el proyecto de ley «para garantizar una mayor seguridad nacional en el ámbito de la libertad de conciencia y las organizaciones religiosas», o ley de prohibición de la COU, como también se la conoce.
El documento propone prohibir a la «Iglesia Ortodoxa Rusa [IOR], sus entidades y organizaciones que mantengan cualquier subordinación a la IOR» operar en Ucrania.
Según los miembros de dicha comisión, la prohibición está en consonancia con la aplicación práctica del derecho internacional en el ámbito de los derechos humanos, incluida la libertad de conciencia, como confirma la experiencia de Letonia, que legisló la secesión de su Iglesia Ortodoxa de la rusa.
Previamente a la guerra, los ortodoxos ucranianos estaban divididos entre una minoría que pertenecían a la iglesia autocéfala aprobada por el Patriarca de Constantinopla -dicha aprobación provocó un cisma- y una mayoría que seguía dependiendo de la autoridad del Patriarca de Moscú. Esa mayoría es prácticamente absoluta precisamente en las regiones que hoy están mayoritariamente bajo control ruso.
La situación tras la invasión rusa de territorio ucraniano ha provocado cambios en las relaciones entre los ortodoxos del país y ha roto la relación con el patriarcado moscovita de buena parte de quienes hasta ahora eran fieles al mismo.