(CNA/InfoCatólica) El código no entrará en vigor hasta dentro de tres años, para permitir que se redacten los reglamentos de aplicación. Actualmente, Indonesia prohíbe el adulterio, pero no las relaciones prematrimoniales.
Maulana Yusran, subdirector de la junta de la industria turística de Indonesia, declaró que el nuevo código era «totalmente contraproducente» en un momento en que la economía y el turismo empezaban a recuperarse de la pandemia.
«Lamentamos profundamente que el gobierno haya cerrado los ojos. Ya hemos expresado nuestra preocupación al Ministerio de Turismo por lo perjudicial que es esta ley», afirmó.
Se espera que las llegadas de extranjeros al destino vacacional de Bali alcancen los niveles anteriores a la pandemia de seis millones en 2025, según ha declarado anteriormente la asociación de turismo, a medida que la isla se recupere de los efectos del COVID-19. Indonesia también intenta atraer a más «nómadas digitales» a sus costas tropicales ofreciendo un visado más flexible.
En su intervención en una cumbre sobre inversiones, el embajador de EE.UU. en Indonesia, Sung Kim, afirmó que la noticia podría dar lugar a menos inversiones extranjeras, turismo y viajes a la nación del Sudeste Asiático.
«Criminalizar las decisiones personales de los individuos tendría un gran peso en la matriz de decisión de muchas empresas a la hora de decidir si invertir o no en Indonesia», afirmó.
Albert Aries, portavoz del Ministerio de Justicia indonesio, afirmó que las nuevas leyes que regulan la moralidad están limitadas por quién puede denunciarlas, como el padre, el cónyuge o el hijo de los presuntos delincuentes.
«El objetivo es proteger la institución del matrimonio y los valores indonesios, y al mismo tiempo poder proteger la intimidad de la comunidad y también negar los derechos del público o de terceros a denunciar este asunto o a 'hacer de jueces' en nombre de la moralidad», afirmó.
Buena parte de la prensa del país ha criticado la medida asegurando que es un retroceso en los «valores democráticos», con lo cual dan a entender que el adulterio y la fornicación forman parte de esos valores.
En respuesta a las críticas, el Ministro de Derecho y Derechos Humanos de Indonesia, Yasonna Laoly, declaró al Parlamento:
«No es fácil para un país multicultural y multiétnico hacer un código penal que dé cabida a todos los intereses».
Los expertos jurídicos afirman que un artículo del código sobre derecho consuetudinario podría reforzar las ordenanzas discriminatorias e inspiradas en la sharia a nivel local, y suponer una amenaza especial para las personas LGBT, que evidentemente no podrán mantener relaciones sexuales sin que sea delito.
«En las zonas conservadoras habrá normativas que no se ajusten a los principios de los derechos humanos», afirmó Bivitri Susanti, de la Facultad de Derecho Jentera de Indonesia, refiriéndose a los reglamentos vigentes en algunas regiones que imponen toques de queda a las mujeres o se centran en lo que se describen como sexualidades «desviadas».