(Ecclesia/InfoCatólica) «Una incansable catequista y trabajadora del anuncio que en su vida quiso ser una portadora de Jesucristo». Así fue Carmen Hernández, la iniciadora del itinerario del Camino Neocatecumenal junto a Kiko Argüello, que a partir de este domingo 4 de diciembre, «inicia» el proceso para, algún día subir «a los honores de los altares».
«Tras su muerte, son muchos los que quieren venir a decir, aunque sea 'gracias' a Carmen por lo que, directa o indirectamente, hizo por sus vidas», ha explicado a Ecclesia el postulador de la causa de canonización, Carlos Metola. «Hemos conocido a Carmen durante muchos años, y hemos visto que hay indicios de haber vivido su vida practicando las virtudes cristianas en un alto grado. Por eso hemos constatado esa fama de santidad».
Este el primer paso. Muchos dentro del Camino Neocatecumenal y fuera de él estaban convencidos de que había en ella «virtudes heroicas», como su dedicación a llevar la buena noticia de Cristo resucitado al mundo hasta los últimos momentos de su vida, incluso en medio de una enfermedad que había afectado a su cuerpo durante más de un año y medio. Ahora, pasados los cinco de su muerte, la Iglesia valorará si Carmen Hernández, llegará a ser santa.
Un «amor inmenso» a Jesucristo
Metola afirma haber descubierto «al leer sus diarios íntimos, el amor inmenso que Carmen tenía a Jesucristo, a la Iglesia, y a la Eucaristía». De estos mismos escritos, dice el postulador, también emerge un lado humano de Carmen, que muchas veces no se ve.
«Cuando se publicó el libro de los diarios, encontramos aspectos ocultos que aún estamos descubriendo, como el lado casi místico que muchas veces la llevó a escribir, por la noche, frases como: 'Al final estamos solos... Jesús, mi amado, te amo'. Hubo días en los que pudo vivir momentos extraordinarios, encuentros con los Papas, envío de familias en misión, pero esa noche escribía: »Soy la nada de la nada«. Sólo busco la vida eterna. Tenía una sorprendente intimidad con Cristo. Sólo te quiero a ti», repitió varias veces en estos escritos que casi parecen una historia de amor«.
Según Metola, éste es uno de los aspectos a examinar en el proceso de beatificación, además de ese »grado heroico de vivir la evangelización itinerante«: »Ella quería parar, sobre todo al final, cuando estaba un poco enferma, con heridas en la pierna que no se curaban. Sin embargo, permaneció con Kiko hasta el final, a pesar de que sus fuerzas disminuían, y se dedicó a la proclamación del kerigma. Escribió que no podía hacerlo, pero que lo hacía por amor al Señor.
Un camino de iniciación cristiana
Con la solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de Carmen Hernández –que se celebra en la Universidad Francisco de Vitoria, y presidirá el cardenal arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro– a la co inciadora del Camino «se le puede llamar ya sierva de Dios», explica el postulador.
«Una sierva de Dios que rompe muchos esquemas. Es una figura que Dios ha inspirado después del Concilio, junto con Kiko Argüello, para abrir en medio de este mundo un camino de iniciación cristiana. Ha dedicado muchos años de su vida, más de 50 años, para poner al servicio de los obispos una formación que dé al pueblo de Dios la fuerza para resistir a este mundo. Ella fue a las raíces de la Eucaristía, a la Pascua judía, de los sacramentos, de la Palabra de Dios».
Más de 3.000 gracias
Y es que ya son más de 52.000 personas las que han ido a visitar su tumba y «han dejado muchos testimonios de cómo le piden gracias y favores, y pese a que son confidenciales, se han recibido directamente por carta o por email, unas 3000 gracias. Nos impresiona, por ejemplo, que un tercio se refieren a cuestiones de infertilidad, a momentos difíciles en la familia, en el matrimonio y cómo a través de la intervención de Carmen, Dios concede esa gracia. En definitiva, favores de la vida ordinaria».
Además de los testimonios oficiales de personas de diferentes países que estuvieron cerca de ella, las 16.000 páginas recogidas contienen el testimonio del Pueblo de Dios, la fama de santidad entre el pueblo. «Cada día llegan muchos más. Incluso su tumba, en el seminario Redemtporis Mater de Madrid, han dejado más de 25.000 peticiones de oración e intercesión. Y no todos pertenecen al Camino Neocatecumenal». Un centenar de los informes y cartas recibidas son de personas que no tienen nada que ver con el Camino, pero que de alguna manera –a través de familiares o leyendo algo– les llamó la atención el testimonio de Carmen.
Un testimonio escrito que se plasmó en el libro de 'Diarios (1979-81)', publicado por la BAC en 2017. La parte más sustancial está representada por los borradores de las catequesis, las transcripciones de las reuniones y encuentros vividos por Carmen junto con Kiko y el Padre Mario Pezzi, como equipo internacional del Camino Neocatecumenal.
¿Y cuáles son los pasos hasta «llegar a los altares»?
La primera etapa es el proceso sobre la vida y las virtudes del Siervo de Dios. Un Tribunal, designado por el obispo, recibe los testimonios de las personas que conocieron al Siervo de Dios. Ese tribunal diocesano no da sentencia alguna; ésta queda reservada a la Congregación para las causas de los santos. Después llega el Proceso de los escritos. Una comisión de censores, señalados también por el Obispo, analiza la ortodoxia de los escritos del Siervo de Dios.
A continuación, se inicia terminados los dos procesos anteriores. El relator de la Causa nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos, elabora el documento denominado «Positivo». En este documento se incluyen, además de los testimonios de los testigos, los principales aspectos de la vida, virtudes y escritos del Siervo de Dios.
Tras la discusión de la «Positio» por parte de una Comisión de Teólogos consultores, nombrados por la Congregación para las Causas de los Santos, en sesión solemne de cardenales y obispos, la Congregación para las Causas de los Santos, a su vez, discute el parecer de la Comisión de Teólogos.
Por último, llega el Decreto del Santo Padre. Si la Congregación para las Causas de los Santos aprueba la «Positio», el Santo Padre dicta el Decreto de Heroicidad de Virtudes. El que era Siervo de Dios pasa a ser considerado Venerable.
A partir de ese momento, comenzarán los procesos de beatificación, al que le seguiría, si así sucediera, el de canonización.
Para saber más...
Nace en Ólvega (Soria) el 24 de Noviembre de 1930. Pasa su infancia en Tudela (Navarra). Desde niña siente la vocación misionera bajo la influencia del espíritu de san Francisco Javier. Estudia Ciencias Químicas en la Universidad de Madrid. Durante unos años forma parte del «Instituto de Misioneras de Cristo Jesús» y estudia Teología en Valencia.
En el año 1964 conoce a Kiko Argüello en las barracas de Palomeras Altas de Madrid, y tras anunciar el Evangelio a los pobres con los que viven el Señor les lleva a una síntesis teológico-catequética basada en la Palabra de Dios, la Liturgia y la Comunidad, que será la base del Camino Neocatecumenal, cuyo Estatuto fue aprobado por la Santa Sede en 2008.
El entonces Arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo, les anima a difundirlo en las parroquias. Durante más de 50 años, junto a Kiko Argüello, dio su vida anunciando el Evangelio en el mundo entero. Muere en Madrid el 19 de Julio de 2016.