(Ecclesia/InfoCatólica) «Acoso diario metiéndolas en camiones o en furgonetas, en las que les obligan a hacerse ecografías para poder mostrarles los fetos y por tanto intentar convencerlas de que no interrumpan el embarazo», dijo la ministra que por dos veces ha defendido que los niños mantengan sexuales con quieres quieran.
Obviamente no aportó ni una sola prueba de semejante falsedad, pero no es fácil que haya nadie en Argentina que rebata sus mentiras.
Montero aseguró que ese supuesto acoso se extiende al personal de las clínicas abortistas. «La nueva ley del aborto responde a este acoso por parte de los antiabortistas tanto a las clínicas, como a las mujeres que se disponen a interrumpir su embarazo», aseguró.