(InfoCatólica) Se trata de la primera plenaria de la USCCB tras la sentencia de la Corte Suprema de EE.UU, justo después de las elecciones de mitad de mandato celabradas el mes pasado, en la que los demócratas, pro abortistas con el católico Joe Biden a la cabenza, resistieron mejor de lo esperado el avance pronosticado por las encuestas de los republicanos. En los estados donde la población votó sobre el aborto, lo hizo a favor.
La postura radicalmente proabortista tanto del católico Joe Biden como de la católica Nancy Pelosi, que ha sido la presidenta de la Cámara de Representantes (Congreso), ha provocado grandes diferencias entre los obispos de EE.UU. Por una parte están los que han defendido que los políticos proabortistas no pueden recibir la comunión. Es el caso, por ejemplo, del arzobispo de San Francisco, Mons. Salvatore Cordileone, que ha llegado a prohibir de forma pública que Pelosi reciba la comunión. Aunque dicha prohibición se la saltó la política comulgando en la Basílica de San Pedro en una Misa oficiada por el Papa. Por otra parte están los que indican que no se les puede negar dicha comunión, como es el caso del cardenal y arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, que ha asegurado que daría la comunión al abortista Biden. Y luego hay una gran mayoría que no se ha pronunciado en un sentido u otro.
Después de los pasados nombramientos cardenalicios de Cupich (Chicago) y Gegory (Wahsington), el Papa Francisco también creó cardenal en el último consistorio al obispo más pro-Biden del episcopado estadounidense, Mons. Robert McElroy, obispo de san Diego, quien en la Plenaria de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos de noviembre del 2019, afirmó:
«No es una enseñanza católica que el aborto sea el problema preeminente al que nos enfrentamos en el mundo de la enseñanza social católica. No lo es», y agregó que enseñar lo contrario supondría «un grave perjuicio» a los fieles».
Aparte de la cuestión del aborto, lo que está en juego es el modelo de Iglesia Católica en un país como el norteamericano, que tiene sus propias características dada la diversidad de etnias, culturas e incluso idiomas que hay en su seno. Hay un tipo de obispos que optan por seguir la corriente a la secularización vigente, manteniéndose al margen o incluso sosteniendo posturas heterodoxas en temas polémicos sobre aborto, matrimonio homosexual ideología de género, etc. Y hay otros que plantan cara a esa secularización, tanto la de fuera de la Iglesia como la de dentro y han asumido plenamente su papel como obispo, no como delegados de nadie.
No hay esta vez 'promoción' del vicepresidente
Sin la expectativa habitual de que el vicepresidente de la conferencia promocione a la presidencia, la elección inusualmente abierta de noviembre del presidente y vicepresidente de la USCCB será un barómetro especialmente útil de las preocupaciones y perspectivas de los obispos católicos estadounidenses.
Suele ocurrir que el vicepresidente en funciones de la conferencia episcopal es elegido para el próximo período de la presidencia, lo que a menudo da a la votación real para presidente algo más parecido a una coronación que a una contienda electoral real, mientras que el suspense se reservaba para la elección del vicepresidente de la conferencia.
Pero, el vicepresidente, el arzobispo Allen Vigneron, tiene 73 años y no puede cumplir un mandato como presidente porque cumplirá 75 años antes de que expire el mandato en 2025.
Una plenaria 'más tranquila'
A diferencia del curso pasado, las sesiones no se prevén tensas, y se discutirán los retos más importantes que afronta la Iglesia en los Estados Unidos. Entre ellos la Iniciativa de Renacimiento Eucarístico, la revisión del documento doctrinal sobre responsabilidad política de los católicos «Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles», nuevos planteamientos ocasionados con la decisión Dobbs vs. Jackson de la Corte Suprema de Justicia y también se tratarán algunas causas de beatificación y canonización.