(Agencias/InfoCatólica) En la página de Facebook del Arzobispado de Santiago de Cuba se puede leer el siguiente mensaje:
DE LAS HERMANAS CARMELITAS DESCALZAS DE LA HABANA A LAS COMUNIDADES PARROQUIALES DEL PAÍS
¡Alabado sea Jesucristo!
A todas las diócesis les comunicamos que ya NO hay HOSTIAS a la venta. Hemos estado trabajando con la poquita harina que quedaba y ya lo que había de reserva ha llegado a su fin.
Esperamos y confiamos en el Señor que pronto podamos retomar el trabajo y una vez que tengamos suficiente para distribuir a todas las diócesis les estaremos avisando.
Muchas gracias.
Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa. Calle 13 no.1251, entre 20 y 22, Vedado, Plaza, La Habana. Tel: 7832 1951
El mensaje ha suscitado la solidaridad de muchos católicos de la Isla, y también de exiliados en España y EE UU, que han aprovechado la información del comunicado para enviar materias primas al convento habanero. Las hermanas han abierto, además, una línea telefónica para quien desee ayudar.
«Al pararse la producción habrá que 'estirar' las hostias existentes, que es casi como tener que multiplicar los panes», refiere a 14ymedio José Luis Pueyo, un sacerdote español que trabaja en Caibarién, Villa Clara. «Tendremos que partir en dos o tres cada hostia, hasta que se reinicie el abastecimiento».
Una vez al mes, expone Pueyo, los curas de cada parroquia van al obispado correspondiente y recogen las obleas de la comunidad. «No es un producto que se pueda guardar indefinidamente», detalla, «es conveniente que no transcurra demasiado tiempo para consumirlas, por ello deben ser continuos la producción y el abastecimiento».
La Instrucción Redemptionis Sacramentum, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, señala que la hostia sólo puede hacerse con trigo.
«El pan que se usa en el Santo Sacrificio de la Eucaristía debe ser ázimo, sólo de trigo, recién hecho, para que no haya peligro de que se estropee si se pasa de su fecha de caducidad. Por tanto, el pan elaborado con otras sustancias, aunque sean cereales, no puede constituir la materia válida para la realización del Sacrificio y del Sacramento Eucarístico, ni aun cuando contenga una mezcla de sustancia distinta del trigo, en tal cantidad que, según la apreciación común, no pueda llamarse pan de trigo.»