(ACN/InfoCatólica) El atentado ha sido reivindicado por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo yihadista ugandés también conocido como Estado Islámico – Provincia Centroafricana (ISCAP). Los terroristas saquearon una farmacia y un hospital, que fue incendiado posteriormente. La religiosa y un paciente murieron quemados dentro del edificio.
En declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el padre Marcelo Oliveira, de los Misioneros Combonianos, describe el «terror» de esa noche. «Los rebeldes de las ADF atacaron la aldea, y especificamente el hospital. Saquearon todo lo que encontraron, tomando medicinas, y al final prendieron fuego al edificio. La hermana Marie-Sylvie, que también era doctora, estaba de guardia nocturna».
Tan pronto como se dio cuenta del ataque, la hermana Marie-Sylvie llamó a la parroquia local para que los sacerdotes y religiosos pudieran huir. De lo contrario, la tragedia podría haber supuesto todavía más perdidas humanas. Una vez que el hospital fue destruido, «los rebeldes continuaron su camino y prendieron fuego a otro hospital cercano. Todo esto sucedió en el territorio de la diócesis de Butembo-Beni», explica el padre Marcelo.
Muchas personas desaparecidas
Además de las dos víctimas, también hay muchas personas desaparecidas y que probablemente fueron raptadas por los yihadistas para transportar los bienes saqueados. «Varias personas desaparecieron, posiblemente llevadas como transporte para las medicinas y todo lo demás que saquearon de los hospitales, un par de farmacias y algunas tiendas», explica el sacerdote portugués.
Así mismo, el obispo de Butembo-Beni Melquisedec Sikuli Paluku, en declaraciones enviadas a ACN, se mostró «profundamente consternado de que la diócesis local de Butembo-Beni recibiera la triste noticia de un nuevo ataque armado contra la aldea de Maboya», que condenó firmemente, «deplorando la pérdida de vidas humanas, en concreto la de la hermana Marie-Sylvie». «No hay palabras, tal es el horror; supera todos los límites tolerables», afirma.
Una guerra silenciada
El padre Marcelo Oliveira declaró a ACN que la República Democrática del Congo está experimentando una verdadera guerra que el mundo pretende ignorar, y que está causando una atmósfera de terror entre la población.
«El terror continúa. Esta es una guerra oculta, silenciosa – o silenciada – para que nadie haga nada y la población siga sufriendo. La gente está muerta de miedo, todo el mundo trata de escapar«, dice el misionero comboniano.
La violencia extrema es causada por la gran riqueza en el suelo de este país africano, que ha sido literalmente saqueado durante años. «El terror que tuvo lugar en este pueblo es el mismo que sucede en tantos pueblos vecinos, pero eso no es recogido por las noticias. Hay muchos intereses en juego, mucha riquezas en esta parte del país», añade.
El tema de la inseguridad en el país ya había sido descrito por el padre Oliveira con motivo de la prevista visita del Papa Francisco al país, el pasado mes de julio. «El problema de la falta de seguridad es grave, también en las ciudades, pero especialmente en el este del país, con muchos ataques armados, muchos conflictos tribales. Todo debido a las luchas por los minerales», dijo el misionero en ese momento, refiriéndose a riquezas como el oro, los diamantes, el cobalto y el coltán, componente clave en la informática, para las computadoras y teléfonos inteligentes. Francisco pospuso la visita por razones de salud.