(Ecclesia/InfoCatólica) Bajo el lema, «El primer anuncio en clave de sinodalidad», el objetivo de estas dos jornadas es reflexionar sobre la importancia del Primer Anuncio desde las claves de la sinodalidad y el discernimiento. Diseñar una hoja de ruta teniendo presente el proceso sinodal y el Congreso de Laicos y además hacer experiencia de sinodalidad (comunión) entre las delegaciones, movimientos y asociaciones.
En la primera jornada, tras la apertura de las jornadas, Mons. Rino Fisichella, arzobispo y presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, hoy Dicasterio para la Evangelización, ofreció sus reflexiones sobre la prioridad pastoral en el actual contexto actual.
«Volver a lo esencial y no teorizar»
Fisichella ha subrayado que «el anuncio es la proclamación de un acontecimiento. No tiene nada que ver con una buena predicación, o una catequesis; lo que los textos sagrados pretenden subrayar, sin embargo, es que incluso antes del contenido existe la acción misma del anuncio que proclama el reino de Dios». El arzobispo italiano ha asegurado que «deberíamos volver a lo esencial y no teorizar demasiado la obra de evangelización con demasiadas distinciones, con el riesgo de perdernos en las distinciones y así eclipsar lo esencial».
«El «primer» anuncio […] exige ante todo que haya anunciadores, evangelizadores, hombres y mujeres de fe que vivan con la responsabilidad de dar testimonio y compartir la alegría del encuentro con Cristo», ha dicho Mons. Fisichella que ha añadido que la Iglesia nunca se debería alejar «de este centro unitario que es la persona de Jesucristo. El anuncio, obra de evangelización, parte de este centro y desde aquí se desarrolla, expandiéndose, pero luego regresando al centro como si nunca se hubiera alejado».
«Nueva etapa de evangelización»
El arzobispo italiano ha afirmado que este «primer anuncio» debe insertarse hoy «en la nueva cultura que se muestra prepotente, hija de la ciencia y la tecnología, con extensión global: la cultura digital»: «Ella encuentra su espacio a nivel global y se impone cada vez más modificando nuestros lenguajes y comportamientos».
«Para la Iglesia se abre una nueva etapa de evangelización, y es un desafío que no se debe perder. La verdadera pregunta que debemos hacernos frente a esta nueva cultura no es cómo usar las nuevas tecnologías para evangelizar, sino cómo convertirse en una presencia evangelizadora en el continente digital», ha subrayado Fisichella que ha definido «urgente» conocer el poder del medio y utilizar todo su «potencial» y «positivismo».
Propuesta de libertad para todos
Concluyendo su discurso, el prelado ha subrayado como «el Evangelio es una propuesta de libertad para todos. Es salvación para quienes desean dar pleno sentido a su vida y están dispuestos a abrir su corazón para dejarse transformar por la fuerza de la gracia. Lo que se comunica es, sobre todo, la cercanía de Dios que viene al encuentro, no para juzgar, sino para compartir. Es una provocación a acoger la esencia de la vida y no dejarse encantar por lo efímero. Por eso es una invitación a creer y a ponerse en el seguimiento con la exigencia de vivir la vida nueva en Cristo».