(Fides/InfoCatólica) Para luchar contra el fenómeno de la trata de personas en el país es importante una colaboración fructífera y plena entre la Iglesia católica, otras comunidades religiosas, asociaciones y el gobierno. Así lo han manifestado varios católicos, sacerdotes, religiosas y laicos que han participado, junto a monjes budistas y exponentes de otras religiones, en una conferencia nacional organizada por el gobierno el 29 de septiembre, en Phnom Penh, a la que también ha asistido el obispo jesuita Enrique Figaredo Alvargonzález, prefecto apostólico de Battambang.
En el 6º Foro Nacional Interreligioso contra la Trata de Personas, cuyo objetivo es unir las fuerzas del país para luchar contra este horrible fenómeno, ha estado presente el Primer Ministro de Camboya, Hun Sen, que apoya firmemente el tema central de la reunión: «No utilizar Camboya como destino para la trata de personas».
El primer ministro ha pedido a todas las comunidades religiosas que refuercen la armonía religiosa en Camboya para mantener la paz y la seguridad del pueblo. Es importante - ha dicho - evitar que Camboya se convierta en un refugio para los grupos criminales organizados involucrados en el tráfico de personas.
Dado que el fenómeno de la trata de personas está presente en Camboya y parece tener una tendencia creciente en los últimos años, el primer ministro Hun Sen ha añadido que la nación debe actuar en un esfuerzo colectivo, implicando a los aparatos estatales y a las administraciones locales, pero también a todas las fuerzas sociales y religiosas en la prevención de la trata y en el seguimiento de la situación a nivel local, especialmente en las zonas más pobres, identificando y denunciando a los traficantes a la policía. «Una buena cooperación interconfesional en Camboya permitirá el éxito en la lucha contra el tráfico de personas» ha añadido.
Al acto han asistido funcionarios del gobierno, trabajadores de ONG, líderes religiosos, académicos, sociólogos, jóvenes y estudiantes. Desde 2017, el Comité Nacional de Lucha contra la Trata de Seres Humanos, presidido por el viceprimer ministro y ministro del Interior, Hom Sar Kheng, colabora activamente con los principales líderes religiosos de Camboya en la organización de un Foro Nacional Interreligioso dedicado a esta cuestión. La asamblea ha reafirmado el compromiso común de establecer líneas de acción acordadas para acabar con los abusos contra la dignidad humana y el tráfico de personas, que afecta principalmente a mujeres jóvenes y niños. Además, la asamblea «es una oportunidad para rezar por el pueblo camboyano, para que el Señor le conceda una vida feliz, próspera y orientada al bien», han comentado los fieles católicos presentes.
«En esta asamblea – han afirmado los fieles camboyanos - se demuestra y se refuerza la armonía religiosa en Camboya, una nación en la que cada grupo religioso se compromete a cooperar y apoyarse mutuamente para evitar conflictos, divisiones y daños en la sociedad». «La armonía religiosa - según las actas de la conferencia - desempeña un importante papel en la promoción del bienestar individual y la seguridad social, así como en el fortalecimiento del espíritu de unidad para combatir un fenómeno delictivo como el tráfico de personas. El Foro Nacional Interconfesional pretende precisamente ser un momento para demostrar la unidad de la nación, en lo político, social, cultural y religioso».
«Es bueno que los funcionarios del gobierno, los líderes religiosos y otros hagan un esfuerzo concertado para combatir la trata de personas en Camboya», ha declarado el obispo asturiano (conocido en España como Kike Figaredo) a la Agencia Fides. «Todos necesitamos un trabajo incansable por parte del gobierno de Camboya y de los líderes religiosos para ayudar a las víctimas de la trata de personas; juntos tenemos que encontrar formas de promover los derechos humanos, la dignidad, la educación y el bienestar social y económico en las familias y las sociedades. En cada niño o joven salvado vemos el rostro de Cristo», ha añadido.
El Gobierno Real de Camboya ha decidido establecer la fecha del 20 de agosto de cada año, a partir de 2023, como fecha fija para el Foro Nacional Interreligioso contra la Trata de Personas, instando a todas las comunidades religiosas a reunirse en provincias, distritos, ciudades o pueblos para poner en común sus recursos y ofrecer su cooperación en la lucha contra la trata de personas, evaluando líneas de actuación y resultados comunes.
Según los datos divulgados en el Foro, en el último mes (desde el 18 de agosto hasta hoy), el gobierno ha recibido 368 denuncias de víctimas relacionadas con la trata de seres humanos, que han llevado a la detención de 41 sospechosos de tres nacionalidades diferentes. Sólo en agosto, 241 indonesios fueron repatriados desde Camboya a su país de origen tras ser víctimas de la trata.
Camboya es un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas. Los traficantes están integrados en la delincuencia organizada y explotan las redes de padres, familiares, amigos y vecinos. Aunque la trata de personas es un delito en Camboya, el país tiene un grave problema de turismo sexual infantil, con niños a menudo cautivos, golpeados y obligados a prostituirse. Según UNICEF, más del 35% de las 15.000 prostitutas de Camboya son niñas menores de 16 años.
El fenómeno de la trata de seres humanos implica a países vecinos como Tailandia, Indonesia, China o Taiwán, por lo que tiene una dimensión transnacional, que ahora aprovecha en gran medida las nuevas tecnologías, empezando por las estafas y el grooming en línea. La semana pasada, la policía camboyana detuvo a 15 tailandeses buscados por fraude informático y empleo ilegal en Sihanoukville. Según la «Migrants for Garden of Hope Foundation», una ONG taiwanesa que promueve programas de ayuda a las víctimas de la trata, la mayoría de las víctimas taiwanesas atraídas a Camboya tienen entre 24 y 29 años, con 629 casos de ciudadanos taiwaneses registrados en 2022.
La población de Camboya es de 16,9 millones de habitantes, el 95% budistas. El 5% restante de la población incluye a cristianos (incluidos 20.000 católicos), musulmanes, animistas, bahá'ís, judíos y seguidores del Cao Dai.