(Vatican.news/InfoCatólica) «Antes de hablar de Santo Tomás, antes de hablar de tomismo, antes de enseñar, hay que contemplar: contemplar al maestro, comprender más allá del pensamiento intelectual lo que el maestro vivió y lo que el maestro quiso decirnos», lo dijo el Papa Francisco dirigiéndose espontáneamente a los participantes en el XI Congreso Internacional de Tomismo, promovido por la Pontificia Academia de Santo Tomás, a quienes recibió en audiencia la mañana de este jueves, 22 de septiembre, en la Sala Clementina del Vaticano.
No instrumentalizar al maestro ni su pensamiento
Dejando de lado el discurso escrito que había preparado para este encuentro y que les entregó para una posterior lectura, el Santo Padre dijo hablando espontáneamente a los participantes que, a veces al «reflexionar sobre una persona que fue creadora de escuelas, filosóficas o teológicas, se corre el riesgo de instrumentalizar al maestro para decir cosas que me parecen, y con el tomismo pasó eso». Tantas interpretaciones de tipo casuista y oportunista disminuyen y hacen ridículo el pensamiento del maestro.
En este sentido, dijo que, «cuando queremos explicar el pensamiento de un maestro, el primer paso es la contemplación, para ser recibidos en ese pensamiento magistral. La segunda, con timidez, es la explicación. Y, por último, con mucha precaución, la interpretación. El maestro es un grande, el maestro es el que hace escuela y ha creado escuela. El maestro es aquel que pone en marcha toda una corriente de pensamiento. Nunca utilicen al maestro para las cosas que pienso, sino pon las cosas que pienso a la luz del maestro, deja que la luz del maestro interprete esto.
En su exhortación espontanea, el Papa Francisco narrando una experiencia de un dominicano en el Sínodo de la Familia, les dijo a los participantes en el congreso que, «antes de hablar de Santo Tomás, antes de hablar de tomismo, antes de enseñar, hay que contemplar: contemplar al maestro, comprender más allá del pensamiento intelectual lo que el maestro vivió y lo que el maestro quiso decirnos. La señal es que cuando reduzco la figura de un maestro a la figura de un pensador, arruino el pensamiento; le quito la fuerza, le quito la vida. Y Santo Tomás fue una luz para el pensamiento de la Iglesia, y debemos defenderlo de todos esos reduccionismos intelectualistas que aprisionan la grandeza de su pensamiento magistral».
Déjense iluminar y guiar por el Doctor y Maestro
En su discurso entregado, el Santo Padre saludó a los participantes en este Evento, provenientes de diferentes partes del mundo. Asimismo, el Pontífice recordó que, el próximo año se celebrará el séptimo centenario de la canonización de Santo Tomás de Aquino, que tuvo lugar en Aviñón en 1323. «Este evento – precisó el Papa – nos recuerda que este gran teólogo es ante todo un santo, un fiel discípulo de la Sabiduría Encarnada. Por eso, en la oración colecta de su memoria, pedimos a Dios, ‘que lo hizo grande por su búsqueda de la santidad de vida y su pasión por la doctrina sagrada’, que ‘nos conceda comprender sus enseñanzas e imitar sus ejemplos’. Y aquí encontramos también su programa espiritual: imitar al Santo y dejarse iluminar y guiar por el Doctor y Maestro».
Un incansable buscador del rostro de Dios
El Papa Francisco también recordó que esta oración, evidencia que, Santo Tomás era un hombre apasionado por la Verdad, un incansable buscador del rostro de Dios. Su biógrafo cuenta que ya de niño se preguntaba: «¿Qué es Dios?». Esta pregunta acompañó a Tomás y le motivó durante toda su vida. Esta búsqueda de la verdad sobre Dios está movida e impregnada por el amor. Por ello, afirmó el Papa, perseguir humildemente, bajo la guía del Espíritu Santo, el intellectus fidei no es opcional para el creyente, sino que forma parte del dinamismo mismo de su fe. Es necesario que la Palabra de Dios, ya recibida en el corazón, llegue a la inteligencia para «renovar nuestro modo de pensar», de modo que podamos evaluar todas las cosas a la luz de la Sabiduría eterna.
«La búsqueda apasionada de Dios es simultáneamente oración y contemplación, de modo que Santo Tomás es un modelo de teología que nace y crece en la atmósfera de la adoración»
Fe y razón, dos alas para buscar la verdad
En este sentido, el Santo Padre precisó que, en esta búsqueda de la verdad sobre Dios utiliza las dos «alas» de la fe y la razón. Como sabemos, el modo en que Santo Tomás supo coordinar las dos luces de la fe y la razón sigue siendo ejemplar. San Pablo VI escribió: «El punto central y casi el núcleo de la solución que Santo Tomás dio al problema de la nueva confrontación entre la razón y la fe con el genio de su intuición profética, fue el de la conciliación entre la secularidad del mundo y la radicalidad del Evangelio, escapando así de la tendencia antinatural a negar el mundo y sus valores, sin dejar por ello de responder a las exigencias supremas e inflexibles del orden sobrenatural».
«El cristiano, por tanto, no teme entablar un sincero diálogo racional con la cultura de su tiempo, convencido, según la fórmula ambrosiana querida por Tomás, de que «toda verdad, sea quien sea el que la diga, procede del Espíritu Santo»
El tomismo no un objeto de museo, sino una fuente viva
Una vez más haciendo mención de la oración colecta de la memoria del Santo, el Papa Francisco dijo que en ella pedimos la gracia no sólo de imitar al Santo, sino también de «comprender sus enseñanzas». En efecto, Santo Tomás es la fuente de una tradición de pensamiento cuya «novedad perenne» ha sido reconocida. El tomismo no debe ser un objeto de museo, sino una fuente siempre viva, según el tema de su Congreso: «Vetera novis augere. Los recursos de la tradición tomista en el contexto actual». Es necesario promover, en palabras de Jacques Maritain, un «tomismo vivo», capaz de renovarse para responder a las preguntas de hoy.
Así, el tomismo avanza siguiendo un doble movimiento vital de «sístole y diástole». Sístole, porque primero hay que centrarse en el estudio de la obra de Santo Tomás en su contexto histórico y cultural, para identificar sus principios estructurantes y captar su originalidad. Después, viene la diástole: volver a dialogar con el mundo de hoy, asimilar críticamente lo que es verdadero y correcto en la cultura de la época.
La creación, la primera manifestación de la generosidad de Dios
Finalmente, el Santo Padre dijo que, entre las muchas doctrinas esclarecedoras del Aquinate, sólo quiero llamar la atención, como hice en la Encíclica Laudato si', sobre la fecundidad de su enseñanza sobre la creación. «Para Santo Tomás, la creación es la primera manifestación de la estupenda generosidad de Dios, más aún, de su misericordia gratuita. Es la llave del amor, dice Tomás, que ha abierto la mano de Dios y la mantiene siempre abierta. Contempla entonces la belleza de Dios que brilla en la diversidad ordenada de las criaturas. El universo de las criaturas visibles e invisibles no es un bloque monolítico ni una pura diversidad informe, sino que forma un orden, un todo, en el que todas las criaturas están vinculadas porque todas vienen de Dios y van a Dios, y porque actúan unas sobre otras, creando así una densa red de relaciones».
Santo Tomás de Aquino subrayó sabiamente que la multiplicidad y la variedad provienen de la intención del primer agente, que quiso que lo que le falta a cada cosa para representar la bondad divina sea suplido por otras cosas, porque su bondad no puede ser representada adecuadamente por una sola criatura. Para ello, necesitamos captar la variedad de las cosas en sus múltiples relaciones. Por eso, comprendemos mejor la importancia y el significado de cualquier criatura si la contemplamos en el conjunto del plan de Dios.