(El Día/InfoCatólica) El presidente Alberto Fernández, ministros del gabinete nacional y referentes del Frente de Todos participaron hoy de la denominada «Misa por la paz y la fraternidad de los argentinos» en la Basílica de Nuestra Señora de Luján, donde se pidió durante la homilía para que «nunca más la violencia se instale entre nosotros y ponga en peligro la convivencia democrática».
Sin la presencia de los sectores de la oposición que habían sido invitados y con el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, a cargo del oficio religioso, la misa contó con la presencia del jefe de Estado, quien se mostró visiblemente emocionado cuando llegó el momento de «dar la paz» a las personas que estaban en el templo.
El presidente Alberto Fernández siguió toda la misa sentado en primera fila, al lado de Vera Jarach, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y con el exmandatario Eduardo Duhalde del otro costado.
La convocatoria generó un enorme malestar en sectores de la Iglesia, no sólo con el Gobierno, sino con el propio arzobispo de Luján, Jorge Scheinig, quien ofició de sacerdote en la misa y en el final de la misma debió pedir disculpas. «Perdón, por no querer hacer algo tan importante, metí la pata». La frase se leyó como un mensaje a la propia comunidad eclesiástica, que fue muy crítica ante lo que entendieron como un acto partidario dentro de la histórica Basílica.
También hubo cuestionamientos de los vecinos de la zona porque muchos comercios debieron cerrar toda la mañana. La Catedral es un lugar de atracción turística, y un sábado soleado como el de ayer, la presencia de visitantes crece fuertemente. Debido al operativo de seguridad, y a la decisión del kirchnerismo de no movilizar en masa, hubo menos gente de la que puede entrar en Luján: unas 2.000 personas, cuando la capacidad total es de 4.000.
Estos son algunos ejemplos de la reacción de los fieles en las RRSS:
Desmentido por El Señor pic.twitter.com/FjJKnhArNh
— Juez Alfredo López (@JuezLopezMDP) September 11, 2022
Lo de la Basílica de Luján fue un sacrilegio avalado por la cúpula eclesiástica.
— Pablo Munoz Iturrieta (@PMunozIturrieta) September 11, 2022