(UCANews/InfoCatólica) Marco Tosatti, director del blog que lleva su mismo nombre, compartió en dicha plataforma algunos mensajes recibidos por parte del abogado Giovanni Formicola, quien analiza profundamente y cuestiona las recientes declaraciones del monseñor Vincenzo Paglia, quien afirma en Rai 3 que la ley abortista 194 representaba un «pilar» para la sociedad italiana.
Claramente, esto causó una gran controversia pues, además de trabajar como clérigo en la Iglesia Católica, monseñor Paglia también es el presidente de la Pontificia Academia para la Vida.
Además de ello, el obispo destaca los lados buenos de esa ley abortista, como el apoyo que se brinda a las mujeres durante la maternidad.
El abogado Giovanni Formicola analiza la ley y las declaraciones, afirmando que dicha «ley perversa» fue la causante del «verdadero ‘derecho al aborto’ en nuestro ordenamiento». Además, explica que las «partes buenas» de la ley 194 mencionadas por el obispo, son simplemente «hojas de higuera para cubrir la vergüenza de la abominación propia».
Afirma que esas tales positividades son simplemente maquillaje, pues la ley tiene más de 40 años de haberse promulgado y, hasta la actualidad, no se han llevado a cabo, simplemente porque «no hay nada que implementar: son ajenas al sentido de las normas que la ley prevé, son solo una hoja de parra, que permite a las ‘almas bellas’, en las que los buenos se han transformado, mirarla sin vergüenza, de hecho, incluso con un poco de admiración».
«Para los abortistas, el aborto es un “valor”, es uno de los pilares de una sociedad construida sobre el antiprincipio de la liberación total del ego y sus deseos, y por tanto, también, de la separación del placer sexual de su natural efectos benéficos y procreativos: con anticonceptivos, con abortos, con actos contra natura. Y por tanto no se toca el aborto», explica Formicola.
Asimismo, el abogado expresa que, por miedo al rechazo y los ataques de los grupos proaborto, «quien debería estar en primera línea para ‘tocarlo’ [ndr. Atacar el aborto] teme su agresión babosa y calla, se autocensura, dialoga y se hace un ‘alma hermosa’ en busca de un plan aceptable (creen) para todos».
Finalmente, el abogado Formicola concluye que el problema principal en este caso «no son los malos», «sino la naturaleza compromisoria de las ‘almas bellas’», que «buscan el bien donde no lo hay, e impiden afirmar este bien tal cual es».