(CNAd/InfoCatólica) Una estrecha minoría de 21 obispos pudo bloquear ayer jueves por la noche la adopción oficial del texto redactado, según el cual la asamblea sinodal alemana habría exigido cambios sustanciales en la moral sexual de la Iglesia, incluida la legitimación de la práctica de las relaciones homosexuales
Reacción del obispo Bätzing
El obispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), dijo tras la votación, a la que siguió una larga pausa precipitada, que se trataba de una «situación de crisis para la sinodalidad».
«Es palpable una enorme decepción en la sala y también ha provocado que la gente no pueda estar aquí», dijo Bätzing. «Debo decir honestamente que yo también estoy personalmente decepcionado por el resultado de esta votación», que sin embargo fue válida y conforme a los estatutos.
«Mi decepción, lo digo aquí, proviene del hecho de que no pude ver en el debate final cuáles serían las mayorías», dijo el presidente de la DBK, que es también uno de los dos presidentes del «Camino Sinodal». «Para mí eso significa que el ejercicio de la sinodalidad no ha llegado todavía suficientemente lejos ni ha penetrado a suficiente profundidad como para que todos aquellos que tienen objeciones muy críticas [...] y siguen su conciencia no hayan podido, obviamente, expresarlo realmente».
Se respetaron las reglas
En ese «Camino sinodal» alemán, según sus propios estatutos, para que sea adoptado oficialmente un texto no sólo deben votar a favor del mismo dos tercios de los miembros presentes, sino también dos tercios de los obispos presentes.
Mientras que casi el 83% de toda la Asamblea Sinodal votó a favor de la adopción del texto, sólo lo hizo alrededor del 61% de los obispos. 33 obispos votaron a favor de un giro en la enseñanza moral católica en materia de sexualidad, 21 obispos rechazaron el documento y 3 se abstuvieron.
En el texto básico de 32 páginas titulado «Vivir en relaciones satisfactorias - Líneas básicas de una ética sexual renovada» se dice, por ejemplo:
«Es urgente el reconocimiento de la igualdad de valor y la legitimidad de las orientaciones no heterosexuales, de sus prácticas y de sus relaciones, y en su contexto la eliminación de la discriminación basada en la orientación sexual».
Y con respecto a la ideología de género:
«La seguridad en la propia identidad de género representa una base indispensable para la felicidad personal en la vida de todas las personas. Como iglesia, tenemos que respetar la autocomprensión individual de la identidad de género de cada persona como parte inviolable de su imagen única de Dios (Is 43:7)».
La Presidenta de la ZdK rompe a llorar
Tras la primera reacción del obispo Bätzing, la presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes, Irme Stetter-Karp, se mostró conmocionada:
«En el debate general existía la posibilidad [de expresarse críticamente], existía la posibilidad a través de las mociones. Tampoco estamos en la primera lectura». «Sabemos de la sensibilidad de los que están siendo heridos aquí, no sólo desde ayer», dijo Stetter-Karp, que rompió a llorar un poco más tarde:
«Y lamento profundamente que haya obispos en esta asamblea que tienen una gran responsabilidad –también la tienen ustedes ahora– con la decisión de no decir lo que piensan –los fieles lo han hecho y lo respeto mucho–. Pero son más votos de los que dijeron, y eso me entristece».
Si en la votación del texto fundamental sobre el papel de la mujer en la Iglesia vuelve a ocurrir que una minoría de obispos impida la decisión correspondiente, advirtió, «entonces nos encontraremos con una chapuza de lo que nos hemos propuesto». Sin embargo, esto «no es una amenaza por mi parte», dijo la presidenta de la ZdK, que, junto con Bätzing, es también presidente del «Camino Sinodal».
«Espero de los obispos, con su poder y su responsabilidad, que defiendan su opinión abiertamente, con franqueza», dijo Stetter-Karp al final de su discurso. «Y por lo demás, podemos ahorrarnos por completo hermosas palabras sobre la sinodalidad».
Orden del día reorganizado
Tras la votación, se descartó el orden del día previsto inicialmente y se programó un debate abierto. Después de la cena, los obispos se reunieron por separado de los laicos y otros miembros del «Camino Sinodal» para mantener un debate sobre lo ocurrido y lo que puede pasar este viernes.