(ACIPrensa/InfoCatólica) Junto con la celebración del Día Mundial de la Fotografía celebrado el pasado viernes 19 de agosto, recordamos uno de los mayores evangelios que los católicos hemos recibido gracias a esta técnica, pues fue gracias al negativo de una fotografía de la Sábana Santa que se logró apreciar muy claramente la imagen de Jesús.
La Sábana Santa de Turín, que data desde los primeros siglos, pasó por numerosos incidentes, desde robos hasta incendios y guerras, sin embargo, siempre fue conservada, protegida y venerada por la Iglesia.
La veneración a este sudario también conocido como «el primer evangelio» se profundizó mucho a partir de la fotografía capturada por Secondo Pía en 1898 donde, después de obtener su negativo, se pudo apreciar una gran cantidad de detalles que a simple vista no se podía.
Cabe destacar que, en aquellos tiempos, la técnica fotográfica era diferente, y consistía en una captura obtenida por dejar entrar la luz a una cajita cerrada y obscura con una placa especial que, posteriormente, pasaba por algunos procesos químicos especiales y resultaba en una imagen conocida como «negativo».
Y así fue como, después de que Secondo realizara todo este proceso, se pudo obtener la imagen de un hombre difunto, lastimado, lleno de sangre, flagelado, con clavos en las manos, en los pies, y una herida grande en su costado.
Justamente, así como aparece el personaje marcado en este sudario es como describen todos los evangelios de la Santa Biblia al Hijo de Dios.
Asimismo, este lienzo sagrado se ha sometido a varias pruebas para comprobar su veracidad. Una de ellas fue en 1988, cuando fue puesta a prueba de Carbono 14 y se calculó que provenía del siglo 13 o 14. Sin embargo, numerosos científicos afirman que este estudio presentó varias incongruencias.
Otro estudio más reciente y mucho más moderno evaluó el Santo Sudario de Turín con equipos de rayos X, arrojando resultados que indican que tiene una antigüedad de dos mil años, justo como lo ha afirmado siempre la Iglesia Católica.