(VaticanNews/InfoCatólica) El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha expresado su solidaridad y cercanía con la Iglesia de Nicaragua, ya que las tensiones con el Gobierno sandinista del presidente Daniel Ortega alcanzaron un nuevo punto álgido esta semana cuando la policía impidió a un obispo celebrar la misa.
El incidente tuvo lugar el 4 de agosto, día de la fiesta de San Juan Vianney, patrón de los párrocos, cuando al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, junto con seis sacerdotes y seis laicos católicos, no se le permitió salir de las oficinas de la diócesis para presidir la Adoración al Santísimo en la catedral local.
La escena fue captada en un video ampliamente compartido en las redes sociales, en el que se ve al obispo arrodillado con las manos en alto y explicando que las autoridades no le habían dado permiso para ir a la catedral.
Un segundo vídeo muestra al obispo Álvarez sosteniendo una custodia con la Eucaristía en la calle y a un policía impidiéndole el paso.
Cinco radios católicas cerradas esta semana
Monseñor Álvarez coordinaba una red de cinco radios católicas que el gobierno nicaragüense cerró a principios de esta semana, por sus supuestas opiniones críticas con la administración del presidente Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, quien ha atacado indirectamente a Monseñor Álvarez como «manipulador de símbolos religiosos».
Según el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (TELCOR), los medios de comunicación, entre ellos Radio Hermanos en Matagalpa, carecían de la licencia necesaria, aunque la diócesis de Matagalpa afirma que la documentación requerida para la autorización fue presentada a las autoridades competentes en 2016 por el propio obispo Álvarez.
Clamor internacional
El cierre ha sido condenado enérgicamente por la Unión Europea, Estados Unidos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Por su parte, el CELAM emitió este viernes un comunicado para expresar su solidaridad con la Iglesia y el pueblo nicaragüense que sufre, asegurando que está «profundamente entristecido» por los últimos acontecimientos, incluyendo «el acoso a sacerdotes y obispos, la expulsión de órdenes religiosas, la profanación de iglesias y el cierre de radios».
Cercanía del CELAM
«Acompañamos a nuestros hermanos que de distintas maneras buscan dar voz a los que no la tienen para construir un diálogo por la unidad y la paz», dice el comunicado. «Nada de lo genuinamente humano deja de tener eco en el corazón de la Iglesia, que está verdaderamente unida a la humanidad y a su historia por los más profundos lazos».
Por ello, los obispos de América Latina y el Caribe piden a todos los fieles «que se unan en la oración por el pueblo nicaragüense, sus dirigentes, autoridades y la Iglesia», porque, dicen, «si una parte sufre, toda parte sufre con ella» (1Cor. 12, 26).
Relaciones tensas entre la Iglesia y el Gobierno
Las relaciones entre el Gobierno sandinista y la Iglesia local se han tensado desde 2018, cuando las autoridades nicaragüenses reprimieron las protestas contra una serie de polémicas reformas del sistema de seguridad social.
A pesar de los intentos de mediar en la crisis, los obispos fueron finalmente vetados del diálogo y las relaciones empeoraron aún más tras las controvertidas elecciones de 2021 que confirmaron al presidente Ortega, en medio de acusaciones de fraude y la persecución política de un candidato presidencial rival.
Desde el estallido de la crisis, la Iglesia ha sido objeto de casi 200 ataques y profanaciones, así como de acoso e intimidaciones a obispos y sacerdotes. En 2019, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, se vio obligado a abandonar la diócesis de Managua a petición del papa Francisco tras recibir varias amenazas de muerte.
En marzo de este año, Managua declaró «persona non grata» al Nuncio Apostólico en Nicaragua, el arzobispo polaco Waldemar Stanislaw Sommertag, y lo expulsó.
La Santa Sede expresó su sorpresa y su pesar por la notificación, diciendo que la medida es «incomprensible porque en el curso de su misión el Arzobispo Sommertag trabajó con profunda dedicación por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense buscando siempre fomentar las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las autoridades de Nic