(Aica/InfoCatólica) En su misiva firmada en San Juan de Letrán, el pasado 24 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, y dada a conocer ahora, el pontífice escribe:
«Quisiera agradecerte a ti y a los demás miembros de la Presidencia la carta en la que me hacen partícipe de ese acontecimiento. Les pido que hagan llegar mi saludo cordial a los Obispos de América Latina y El Caribe, también a los sacerdotes, religiosas, religiosos, laicas y laicos colaboradores, así como a todos los invitados que participan en el evento».
Tras invitarlos a «dar gracias a Dios por la feliz conclusión de esa obra material», el Santo Padre les recuerda: «Que puede ser de ayuda para llevar adelante proyectos de evangelización y de formación pastoral en apoyo a las conferencias episcopales».
«Es oportuno que tengamos presente que si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores», subraya.
«Como comunidad de discípulos edificada sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, cuya piedra principal es Cristo sentimos la perenne necesidad de suplicar al Señor Resucitado que impulse y robustezca nuestra misión eclesial con la fuerza de su Espíritu Santo, para estar prontos a discernir los signos de los tiempos y responder, desde la perspectiva de la fe, la esperanza y la caridad, a las necesidades del Santo Pueblo fiel de Dios», puntualiza.
El Papa les pide no olvidar que «nuestras estructuras materiales sólo tienen sentido cuando están destinadas al servicio, sobre todo, de las hermanas y los hermanos que habitan las más extremas periferias de la vida». Y añade:
«Y recuerden estar alertas ante las tres idolatrías que siempre amenazan la marcha del Pueblo fiel de Dios: la mediocridad espiritual, el pragmatismo de los números y el funcionalismo que nos lleva a entusiasmarnos por el plan de ruta más que por la ruta».
El Papa concluye su carta pidiéndoles que hagan extensiva su gratitud a todos los que han colaborado en la realización de ese proyecto: «Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí».