(C-Fam/InfoCatólica) «Mi orden utilizará toda la fuerza del gobierno federal para impedir las prácticas inhumanas de la terapia de conversión», dijo Biden durante la firma de la orden ejecutiva, calificando de «peligrosa y desacreditada» cualquier tipo de terapia o asesoramiento que no afirme la homosexualidad y la transexualidad.
La orden ejecutiva ordena al Secretario de Estado que desarrolle un plan de acción para combatir la terapia de conversión y «promover el fin de su uso en todo el mundo», incluso aprovechando la ayuda exterior de Estados Unidos -es decir, condicionando el apoyo económico a otra naciones a que prohiban esas terapias- y promoviendo iniciativas contra la «terapia de conversión» en las Naciones Unidas.
«Estamos en una batalla por el alma misma de esta nación, y esto no es una hipérbole», dijo Biden antes de firmar la orden ejecutiva, culpando a la «agenda MAGA» de su predecesor, el presidente Donald J. Trump, de incitar a la violencia contra las personas que se identifican como homosexuales o transgénero.
Biden calificó las acciones del estado de Florida contra Disneylandia por promover la educación transgénero de los niños en las escuelas como «ir a por Mickey Mouse.» Y dijo que las recientes acciones del gobernador de Texas, Greg Abbot, para investigar a los padres que ayudan a sus hijos pequeños durnte la transición de género como una forma de abuso infantil eran una forma de acoso.
«El orgullo ha vuelto a la Casa Blanca», dijo Biden.
La orden ejecutiva alinea al gobierno de EE.UU. con varios funcionarios y organismos de la ONU que recientemente han hecho campaña contra la llamada «terapia de conversión».
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, calificó hace unos días las terapias de conversión de «abuso de los derechos humanos».
El costarricense Víctor Madrigal-Borloz, Experto Independiente de la ONU en Orientación Sexual e Identidad de Género, emitió un informe en el que pide que se prohíban a nivel mundial todas las terapias y formas de asesoramiento que no alienten a las personas que experimentan inclinaciones homosexuales a actuar según sus inclinaciones, así como las que no apoyen el derecho a cambiar de sexo a los transexuales.
El término «terapia de conversión» no se refiere a un método establecido de terapia o asesoramiento. Es una etiqueta despectiva aplicada por políticos y activistas LGTBI a cualquier forma de terapia de conversación o asesoramiento para ayudar a las personas a lidiar con la atracción por el mismo sexo o la disforia de género no deseadas. Este tipo de terapias y asesoramiento lo ofrecen psicólogos y terapeutas individuales.
Los psicólogos que llevan a cabo este tipo de terapia de conversación dicen que los resultados se basan en la motivación del paciente y su voluntad de cambiar sus pensamientos y acciones. Afirman que el 30% de los pacientes muy motivados abandonan por completo la atracción por el mismo sexo, otro 30% continúa la lucha pero sigue resistiéndose a la actividad con el mismo sexo, mientras que el resto vuelve a las prácticas anteriores.
Los críticos de este tipo de terapia conversacional dicen que causa daños. Una revisión reciente de 79 estudios ha concluido que el asesoramiento para ayudar a las personas a afrontar o superar la atracción por el mismo sexo o la disforia de género no supone un mayor riesgo de daño que otros tipos de asesoramiento.
La orden ejecutiva también ordena a las agencias federales que luchen contra la terapia de conversión a nivel nacional y que desarrollen estrategias para erradicarla, junto con otras políticas para promover la aceptación social de la homosexualidad y la transexualidad en el sistema de justicia, las escuelas, la atención sanitaria, así como la policía y las agencias gubernamentales.
Por ejemplo, el lenguaje de la orden ejecutiva ordena al Departamento de Salud y Servicios Humanos que desarrolle políticas para garantizar que las parejas homosexuales y las personas transgénero puedan adoptar niños u obtenerlos a través de la subrogación (vientres de alquiler) y otras tecnologías reproductivas en igualdad de condiciones con los hombres y las mujeres que están casados.