(InfoCatólica) Decenas de miles de personas se manifestaron el domingo 26 en Madrid convocados por NEOS, la Asamblea de Asociaciones por la Vida, la Libertad y la Dignidad y la Plataforma Cada Vida Importa, a las que se unieron más de 200 organizaciones de la sociedad civil procedentes de toda España.
Con el lema «¡Nos jugamos la vida! ¡Basta ya de leyes contra la Verdad y la naturaleza humana!» la manifestación transcurrió desde la glorieta de Bilbao hasta llegar a una abarrotada Plaza de Colón en la que los asistentes mostraron su rechazo tanto a las leyes del aborto, aprobadas por gobiernos socialistas y consolidadas por gobiernos del Partido Popular, como a la reciente ley de eutanasia.
Destacaba entre los manifestantes un tono esperanzador, quizá el primer fruto en España de la reciente sentencia de Estados Unidos que reconoce que no existe un derecho constitucional al aborto. Y al margen de la tradicional guerra de cifras de asistentes, el sentimiento general era de unas expectativas superadas.
También llamaron la atención las referencias explícitas a la fe en las cuatro intervenciones, cada uno en su estilo. Unas referencias que muchas veces se echaron en falta en el pasado y que ahora parecían un eco del camino que señalaron los obispos norteamericanos: «la decisión de hoy es también el fruto de las oraciones, los sacrificios y la defensa de innumerables estadounidenses de a pie»
Junto con «caras nuevas» en las asociaciones provida y profamila destacaban también referencias en la lucha por la defensa de la vida como la de Jesús Poveda, psiquiatra y maestro de «rescatadores»
Cierre del acto en Colón
De ese modo, ya en la Plaza de Colón, Jaime Mayor Oreja, impulsor de NEOS, comenzó su intervención con una referencia a la decisión de Tribunal Supremo norteamericano:
«Esta sentencia demuestra que el debate de la cultura de la vida no está cerrado, ni mucho menos, y que prevalecerá sobre la cultura de la muerte, expresión de la esclavitud de ayer».
Para él la falta de presencia favorece el extremismo de las leyes y, por eso, es fundamental «movilizarse y defender los fundamentos cristianos de nuestra sociedad frente al implacable desorden social. No estamos hoy aquí en un debate del pasado, sino para tomar conciencia y prepararnos para el debate del futuro».
Mayor Oreja aseguró que la manifestación supone «un antes y un después para todos, un símbolo del arranque de un cambio de actitud. Todos y cada uno de nosotros tenemos que ser capaces de transformar a una mayoría silenciosa y acomodada en una minoría creativa, ruidosa y participativa».
Y reivindicó además de los motivos científicos y éticos los confesionales. Terminó animando a los asistentes con un «no nos vamos a callar, vamos a estar más presentes, unidos y activos que nunca».
Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto de Estudios de la Familia del CEU, criticó «a un Gobierno que va contra la familia y que aprueba leyes contra la vida y contra la libertad» e incidió en que «estamos convencidos que la vida, la familia la verdad y la libertad importan y, por eso, estamos aquí».
Con relación a la nueva ley del aborto aprobada por el Ejecutivo fue muy clara: «quieren hacernos ver como moral que las niñas de 16 años puedan acudir a abortar sin que sus familias, que son las personas que más las quieren y que más se preocupan por ellas, lo sepan». La directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia y miembro de la ACdP asegura que el Gobierno quiere cambiar la realidad: «matar es bueno y compasivo; cuidar, rezar, ayudar a los que necesitan que les tiendan una mano, en cambio, es malo».
Sobre los objetivos de la manifestación, aseguró que «estamos aquí porque queremos cuidar la vida y porque no tenemos miedo. Queremos la vida de los niños, la vida de los mayores y la libertad. Porque sin libertad no hay vida». Fernández de la Cigoña interpeló directamente al Gobierno: «no podéis decidir quién vive y quién muere ni empujar a la sociedad a que lo haga. Porque cada vida importa».
El tercer interviniente fue Josep Miró, coordinador de la Asamblea de Asociaciones por la Vida, la Libertad y la Dignidad, que arrancó su intervención preguntándose «¿Quién puede entender a un gobierno que ve cómo muere mucha más gente de la que nace, y al mismo tiempo dedica diez veces más recursos a subvencionar al aborto que a ayudar a la maternidad? ¿O cómo pueden defender una muerte digna, cuando niegan el dinero para que todos los ciudadanos accedan a los cuidados paliativos?».
En la misma línea, Miró criticó que el Ejecutivo «se dedique a perseguir a quienes simplemente rezan en las proximidades de las clínicas abortistas». Respecto a la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el aborto, aseguró que «quienes se manifiestan en contra esgrimen como gran argumento que la norma derogada tiene 50 años, como si en este medio siglo no se hubieran producido avances de la ciencia en el conocimiento de la vida prenatal».
Terminó su intervención dirigiéndose a los manifestantes: «hemos venido aquí para construir la sociedad de la vida, que la acoge, cuida y acompaña, y para construir un nuevo futuro donde sumar nuestras fuerzas con el propósito de actuar conjuntamente. Hemos de dejar de pensar como cabezas de ratón y convertirnos en un gran león que defiende la vida, la verdad y la justicia.»
No sin antes dedicar un buen espacio en su intervención a recordar el desatino y la injusticia, no solo contra los católicos, especialmente contra todas las víctimas de abusos, la comisión parlamentaria y el estudio del Defensor del Pueblo.
Especialmente vibrante estuvo, Nayeli Rodríguez, Coordinadora Nacional de la campaña de 40 días por la Vida para España, en representación de las más 200 organizaciones convocantes, alertando de que en España se han producido más de 2,5 millones de abortos desde que entrara en vigor la Ley del aborto en 1985.
Sobre la decisión que ha tomado el Tribunal Supremo de EE. UU, Rodríguez ha asegurado que «tienen miedo porque son perfectos conocedores de que la verdad siempre gana» y que «no es solo una cuestión religiosa, sino de ciencia, humanidad y sentido común» donde «hemos de brindar amor y unión donde hay violencia y división».
La joven Coordinadora Nacional de la campaña de 40 días por la Vida para España ha puesto el acento en sus tres razones principales por las que dice no al aborto: «no es una práctica libre, pues el bebé no lo elige. Tampoco es gratuito, al revés, sale muy caro y pasa factura. Y, por supuesto, en el aborto seguro, lo único garantizado es la muerte del no nacido».
En la mente de la mayoría de los asistentes estaba la última ley con la que se criminalizaba la actividad de rezar frente a los abortorios.
Por último, Rodríguez se dirigió los todos los jóvenes para que se unan a esta causa «porque ellos son el presente y el futuro» no sin antes recordar la naturaleza de 40 días por la vida: la oración y el ayuno.