(RV/EFE/InfoCatólica) El Pontífice llegó al aeropuerto de Brno pocos minutos antes de las nueve y media de la mañana local y desde allí se trasladó en el "papamóvil" hasta el lugar de la misa, que se celebra en una zona del aeropuerto y a la que asisten, según las primeras estimaciones oficiales, unas cien mil personas.
El Obispo de Roma recorrió el lugar en el "papamóvil", en medio de los aplausos y vivas de los presentes, en el que es su primer baño de masas desde que llegó a este país, conocido como el "corazón de Eurpa", muy diferente a la indiferencia con la que ayer fue recibido en Praga. A la misa asiste el presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, junto a su esposa y representantes del Gobierno y autoridades de Moravia. Benedicto XVI permanecerá en Brno hasta las 12.45 horas local, cuando regresará de nuevo a Praga.
Esta tarde mantendrán un encuentro ecuménico con representantes de las iglesias cristianas presentes en la República Checa, en la sede del arzobispado de Praga, y después en el Castillo de Praga se reunirá con el mundo académico checo.
El Santo Padre comenzó en el día de ayer su viaje apostólico a la República Checa, donde permanecerá hasta el próximo lunes 28 de septiembre. Bajo el lema de «El amor de Cristo es nuestra fuerza», esta nación del corazón de Europa recibe por cuarta vez la visita del Sucesor de Pedro, tras las tres realizadas por el Siervo de Dios Juan Pablo II.
En un discurso dirigido a las autoridades políticas y civiles, el Papa subrayó el papel insustituible del cristianismo en la formación de las conciencias de cada generación y en la promoción de un consenso ético al servicio de todas las personas que consideran a Europa su hogar. "Europa es más que un continente. ¡Es una casa! Y la libertad encuentra su significado más profundo en el ser una patria espiritual" dijo el Papa.
Benedicto XVI subrayó el insustituible papel del cristianismo en la formación de la conciencia de cada generación y en la promoción de un consenso ético de fondo, al servicio de toda persona humana que llama a este continente ¡“casa”!
Por ello mismo, el Papa mostró su reconocimiento por cuantos hoy, tanto en la República Checa como en Europa, “tratan de poner en práctica su fe, de forma respetuosa pero determinada, en la arena política, en la expectativa de que las normas sociales y las líneas políticas se inspiren en el deseo de vivir según la verdad que hace libres a cada hombre y mujer”.
“La fidelidad a los pueblos que ustedes sirven y representan requiere una fidelidad a la verdad que, solo, es la garantía de la libertad y del desarrollo humano integral. En efecto, el valor de presentar claramente la verdad es un servicio a todos los miembros de la sociedad”, aseguró el Santo Padre.
Benedicto XVI subrayó la coincidencia de este viaje a la República Checa con el vigésimo aniversario de la caída de los regímenes totalitarios en Europa Central y Oriental, y de la “Revolución del Terciopelo” que restableció la democracia en esta nación. “A dos decenios de distancia – ha recordado el Santo Padre – el proceso de sanación y reconstrucción continúa ahora en el interior del más amplio contexto de la unificación europea y de un mundo cada vez más globalizado”.
El Pontífice afirmó que las aspiraciones de los ciudadanos y las expectativas creadas por los gobiernos reclaman nuevos modelos en la vida pública y de solidaridad entre las naciones y los pueblos, sin los cuales el futuro de justicia, de paz y prosperidad quedaría sin respuesta.
El Papa insistió a lo largo de su discurso en el uso correcto de la libertad, “porque la verdadera libertad presupone la búsqueda de la verdad –del verdadero bien- y, por tanto, encuentra su propia perfección precisamente en conocer y hacer aquello que es recto y justo”. “La verdad es, ha precisado Benedicto XVI, la norma y guía para la libertad, y la bondad, es su perfección”.
El Santo Padre pidió un compromiso común en “la lucha por la libertad y la búsqueda de la verdad”, porque “las dos cosas van de la mano, o juntas perecen míseramente”.
En cuanto a la identidad de la República Checa, el Papa resaltó su papel de cohesión en el corazón de Europa y ha recordado además que es una tierra que “ha conocido capítulos dolorosos y lleva cicatrices de los trágicos sucesos causados por la incomprensión, por la guerra y las persecuciones”. Pero al mismo tiempo “sus raíces cristianas han favorecido el crecimiento de un considerable espíritu de perdón, de reconciliación y de colaboración, que ha permitido a la gente de estas tierras ser capaz de encontrar la libertad e inaugurar una nueva era”.