(Asia News/InfoCatólica) «Trabajar juntos para cultivar la compasión y la hospitalidad hacia todos los seres humanos, especialmente los pobres y marginados». Esta es la tarea que el Papa Francisco ha señalado a cristianos y budistas al recibir en audiencia hoy, en el Vaticano, a una delegación tailandesa de la Asamblea Chetuphon Sangha. La comitiva está formada por treinta y tres monjes de las escuelas Theravada y Mahayana liderados por Somdej Phra MahaTheerajarn, junto a sesenta budistas laicos y varios representantes de la Iglesia local.
En el marco del evento, se conmemoró el 50º aniversario del histórico encuentro entre Pablo VI y el 17º Patriarca Supremo Budista de Tailandia, Somdej Phra Wannarat, que tuvo lugar el 5 de junio de 1972. Y continuará esta tarde con una conferencia sobre el tema Amistad entre budistas y cristianos para una cultura del encuentro, en la Universidad Pontificia Urbaniana.
Al dirigirse a la delegación, Francisco repitió las palabras pronunciadas por Pablo VI hace cincuenta años: «Tenemos una profunda estima por los tesoros espirituales, morales y socioculturales -dijo Montini en aquella ocasión- que les han sido entregados a través de sus preciosas tradiciones. Reconocemos los valores de los que son depositarios y compartimos el deseo de que sean preservados y promovidos». «Esperamos un diálogo cada vez más amistoso y una estrecha colaboración entre las tradiciones que ustedes representan y la Iglesia católica». El pontífice recordó entonces dos momentos de encuentro, más recientes: la visita de una delegación tailandesa en 2018 -con la traducción de un antiguo manuscrito budista en lengua pali, que se conserva en la Biblioteca Vaticana- y su visita a Tailandia en noviembre de 2019. Gestos de amistad que señalan un valioso camino para la humanidad de hoy.
«En un momento en el que la familia humana y el Planeta se enfrentan a múltiples amenazas», comentó Francisco, «el diálogo amistoso y la estrecha cooperación son aún más necesarios. Desgraciadamente, de todas partes se oye el grito de una humanidad herida y de una Tierra desgarrada». El Papa añadió que tanto Buda como Jesús comprendieron «la necesidad de superar el egoísmo, que genera conflictos y violencia». El Dhammapada resume así las enseñanzas de Buda: «Evita el mal, cultiva el bien y purifica tu mente: ésta es la enseñanza de Buda» (Dph 183). Jesús dijo a sus discípulos: «Les doy un mandamiento nuevo: ámense unos a otros. Como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros (Jn 13,34). Es nuestra tarea hoy guiar a nuestros respectivos fieles hacia un sentido más vivo de la verdad de que somos todos hermanos y hermanas».
«Con este espíritu -concluyó el pontífice-, aliento los esfuerzos de ustedes para profundizar y ampliar el diálogo y la cooperación con la Iglesia católica. Invoco la abundancia de las bendiciones celestiales sobre ustedes y sobre todos los habitantes de su noble país».