(Tradición y Acción/InfoCatólica) El rosario tenía como objetivo reparar las graves ofensas cometidas contra Nuestro Señor en este mes de junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús, que quiere ser convertido en el mes del «Orgullo Gay» por los colectivos LGBTIQ+ y que es ocasión de las marchas denominadas «Pride Gay» donde la inmoralidad, la blasfemia y el irrespeto a la fe que profesan más del 80% de los ecuatorianos, pululan por doquier.
Por ejemplo, la blasfemia cometida por parte de uno de los activistas de estos grupos, vestido de la Santísima Virgen Dolorosa con una custodia alrededor del rostro simbolizando ser el Santísimo Sacramento, hecha en el último «Pride Gay» en Guayaquil.
El Rosario de Hombres fue un merecido acto de reparación público a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, donde se medito los misterios dolorosos, se entonaron cantos católicos a Dios y a la Virgen, se rezaron las letanías lauretanas en latín y con gritos de ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Santísima! se afirmó la esperanza de una verdadera restauración de nuestro país.
A su vez, una de las finalidades fue rescatar la verdadera masculinidad del hombre, que tiene la obligación dada por Dios, de defender la Fe y por lo tanto a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, la patria y la familia.
Este «Rosario de Hombres» forma parte de un movimiento internacional, que ha articulado a millares de hombres en países como Polonia, Argentina, Estados Unidos, Perú, Colombia, entre otros, a recuperar las calles para Dios y la Familia, rezando el rosario públicamente.