(ACIPrensa/InfoCatólica) Recientemente se realizó una jornada de visita solidaria a la Diócesis de Ondo, en Nigeria, por parte de las delegaciones de obispos católicos de las provincias eclesiásticas de Ibadan y Lagos, después de que la comunidad haya sufrido ataques que concluyeron en graves daños y al menos 50 muertos.
El trágico suceso aconteció el pasado 5 de junio, en la parroquia San Francisco Javier de Owo, el cual consistió en un asesinato masivo de fieles católicos.
Para esta jornada, un grupo conformado por 8 obispos comenzó visitando la parroquia católica del país con el fin de «condenar aún más este acto malvado y la profanación de la vida en todos los sentidos».
El informe compartido indica que posteriormente «visitaron la residencia del obispo [Mons. Jude Arogundade], se procedió al lugar de la masacre, de allí al palacio del rey de Owo, luego a la casa del Gobernador y finalmente a los hospitales donde actualmente se atiende a los sobrevivientes».
Asimismo, la Diócesis de Ondo compartió algunas imágenes en las que se puede apreciar a los obispos en su labor, acompañando y dando la bendición a los afectados del atentado.
Monseñor Gabriel ‘Leke Abegunrin, arzobispo de Ibadan, aprovechó la ocasión para condenar la masacre y aseguró firmemente que el Señor «emprenderá la lucha contra los malhechores».
Además, exigió al gobierno nigeriano a «reunir todos los esfuerzos para asegurarse de que cualquier persona involucrada en este horrible asesinato de inocentes desarmados sea llevada ante la justicia oportunamente».
Del mismo modo, Monseñor ‘Leke Abegunrin felicitó a Arakunrin Rotimi Akeredolu, gobernador del estado de Ondo, por tomar con eficiencia «medidas audaces y su promesa de garantizar que los perpetradores sean detenidos».
Con el fin de lograr un entierro digno para los fallecidos, el obispo Arogundade solicitó un terreno ubicado de forma especial en Owo, en el que se pueda construir y decorar un parque «que dignifique a la humanidad incluso en la muerte».
El obispo Arogundade finaliza su discurso afirmando: «tenemos que hacerles saber a estos malhechores que no podemos ser vencidos y que cuando salgamos, saldremos fuertes. Conseguir un lugar de entierro sería una declaración que avergonzaría a los perpetradores de este caos».